Juan Martínez de Irujo sufrió mucho más de lo esperado para poder escapar de la trampa en la que convirtieron Titín III y sus propios errores en el Adarraga de Logroño. Muy superior en el peloteo, el delantero de Ibero tuvo un arranque fulgurante con el que parecía haber sentenciado el partido, pero se enredó en el juego en corto que le propuso un Titín que nunca se dio por vencido y, tras verse 14-17 por detrás, víctima de sus múltiples errores, recuperó su mejor versión para conseguir el primer punto de la liguilla.

A pesar de las alternativas en el marcador y de que se vieron tantos al alcance de muy pocos, el partido del Adarraga no fue todo lo bueno que debiera, ya que estuvo demasiado a la merced de lo que hizo Martínez de Irujo. El de Ibero arrancó como un vendaval, aprovechando su superioridad en el peloteo, comenzó moviendo a Titín de lado a lado y aprovechando todas las oportunidades para adelantarse 8-2 en un abrir y cerrar de ojos.

Titín cambia el ritmo

Sin embargo, Titín no estaba para dejarse llevar ante un abarrotado Adarraga y poco a poco consiguió llevar el partido a su terreno. El de Tricio acertó a acotar aún más la distancia jugando en corto y haciendo que los dos pelotaris jugasen todo el rato en torno al cuadro dos, donde el riojano se sintió mucho más cómodo, mientras que Martínez de Irujo comenzó a acumular errores.

A pesar de que protagonizó tantos espectaculares como el 12-8, en el que primero llevó una pelota imposible del ancho para terminar con un fantástico gancho, el pelotari navarro se enzarzó en el cuerpo a cuerpo que le propuso Titín, perdió el sitio en la cancha, dejó de pelotear, de restar y de estirar sus pelotazos, con lo que a Titín prácticamente le bastó con mantener la pelota en torno al dos para ir acumulando tantos y empatar el partido a doce, momento en el que llegó la polémica del partido, en una jugada en la que los jueces dieron vueltas por una estorbada clara del riojano.

El incidente parecía haber despertado a la bestia del de Ibero, que sumó dos tantos consecutivos después de mucho tiempo, pero el delantero navarro tuvo que verse con la soga muy al cuello, llegó a ir perdiendo 14-17, para recuperar ese nivel que le permitió adquirir esa tan plácida renta inicial.

En parte, Irujo también debe dar gracias a que Titín tampoco tuvo un día especialmente acertado en el remate, de hecho sólo sumó cinco tantos en juego, ya que en caso de que el riojano hubiera sacado su habitual instinto, los minutos en los que perdió la brújula le hubieran costado muy caras al delantero de Ibero.

Sin embargo, asumiendo quizá excesivos riesgos en más de un momento del importante encuentro, el campeón manomanista empezó a jugar más largo, a mover a su adversario en la cancha y consiguió llegar al cartón 22, con un parcial de siete cero a su favor.