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46º edición de la Behobia-Donostia

17.373 ponen el tope humano en una jornada de luto y de récords por ver

Bajo una lluvia constante, 17.373 atletas cruzaron la meta del Boulevard en una jornada gris que no pudo concluir un asiduo a la prueba al sufrir una parada cardiaca. Iglesias volvió a ganar a Chema Martínez, las etíopes se quedaron sin honores, pese a realizar las mejores marcas femeninas de siempre, y el triunfo se lo llevó María López de Tejada.

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Miren SÁENZ | DONOSTIA

La 46ª edición de la Behobia vivió su edición más numerosa, pero también una de las más dolorosas tras conocerse el fallecimiento de un corredor y una de las más frustrantes a nivel humano y deportivo tras el olvido de los atletas etíopes que les dejó fuera del podio y, quizás, de los registros.

El vizcaino César E. B., corredor habitual de 40 años de edad, no pudo concluir su sexta participación tras sufrir un desfallecimiento por parada cardiaca antes del puente del Kursaal. Atendido de urgencia, falleció a las 14.15 horas en el hospital central instalado junto a la meta de la carrera, cuando todavía los últimos rezagados atravesaban el arco del reloj.

Se reaccionó con celeridad, «Antes de que acabara el minuto 1 fue atendido, se le colocó un desfibrilador pero no pudo ser», manifestaron fuentes de la Cruz Roja a este diario que destacaron además menor número de asistencias que en otras ocasiones, 40, y cinco evacuaciones a la centros sanitarios, dos de ellas del público, por problemas traumatológicos.

La noticia fue un mazazo para los organizadores del Club Deportivo Fortuna, que ya vivieron con pesar otros dos fallecimientos anteriores, el del voluntario Kintxo Urrezti en 2000 y el del corredor Asier Torrente dos años después. «Queremos transmitir el pésame a la familia y nuestro compromiso de atenderles en lo posible en estos duros momentos», informaron brevemente en un comunicado dando cuenta del deceso.

Ese fue el suceso trágico irremediable, aunque hubo más lágrimas esta vez por errores y aspectos puramente deportivos. Los cuatro etíopes que sorprendieron en el Cross de las Tres Playas y maravillaron en los 15 kilómetros donostiarras, atletas no profesionales, vieron con- vertirse su sueño en pesadilla tras olvidarse chips y zapatillas en el coche que les trasladó a la salida. Recuperado el material, salieron los últimos aunque consiguieron remontar lo indecible, lo que no cuenta a efectos de clasificación y está por ver sí de marcas. El cuarteto africano tuvo que ver desfilar a los 17.43o corredores, antes de ponerse en marcha 44 minutos después, cuando debían haber emprendido la carrera a las 11.00 en el pelotón delantero.

Sus actuaciones fueron antológicas. Empezaron por cazar a los últimos para atravesar una auténtica marea humana y en el caso de las chicas superar la vieja marca de la plusmarquista Rocío Ríos (1h.08:54 en 1998).

Doce años después Tigsti Gebreselassie, pese a las dificultades, acreditó un tiempor real de 1h.08:34 y su compañera Tehas Gebre de 1h.08:37. Las dos mejores marcas de siempre.

No obstante, el reglamento de la prueba prioriza los tiempos oficiales, lo que el público ve. Las tres primeras personas en atravesar la meta se llevan los trofeos. María López de Tejada, con un registro siete minutos peor, fue la que se vistió la txapela, mientras las etíopes desconsoladas lloraban en la carpa junto al podio. La donostiarra, afincada en París, también fue la primera guipuzcona. Entró acompañada de Chedli Chtita, su entrenador turco que le secundó en los últimos kilómetros, ajena a lo que había ocurrido con las favoritas que en ese momento todavía avanzaban entre la multitud.

Enrique Cifuentes, presidente del Fortuna, reconocía entristecido que el podio era incambiable pero que el récord podría homologarse. «Lo tenemos que hablar en la reunión, pero esas marcas se han hecho. También trataremos de invitarles para el próximo año y puedan quitarse el disgusto». Sus compatriotas Akebom Hadush (1h.03:59) y Maru Gidey (1h.04:05) se hubieran metido en el cuarto y quinto puesto, con esos registros realizados en condiciones adversas, pero no hubieran podido obstaculiar el duelo entre los maratonianos españoles.

Rafa Iglesias, por segundo año consecutivo, volvió a ganar a Chema Martínez, también bajo la lluvia, aunque ninguno bajó de la hora. «Nos hemos marcado mucho», justificó el vencedor. El madrileño dijo adiós a su quinta farola en el Alto de Miracruz, de lo que el salmantino, de peor final, se percató para disfrutar del último kilómetro y cortar casi con rabia, «es la tensión», la cinta del ganador. Ahora espera ampliar su colección de txapelas el día 28 en el maratón, mientras el subcampeón europeo de los 42,195 kilómetros asegura que esta segunda derrota no va hacer mella en su fidelidad a la popular vasca. No es el caso del alavés Gontzal Sanz, que debutó en el tercer peldaño del podio en su primera Behobia. El corredor del Club La Blanca se permitió el lujo incluso de darles alcance para casi codearse con ellos hasta el Puerto de Pasaia. También Salah Amaidan empezó con ellos en los primeros compases de la prueba y terminó en el Top 10 pese al trajín de su intensa semana. El saharaui compareció con sólo tres horas de sueño, después de haber asistido la víspera a la manifestación de Madrid. Entró como había previsto, aireando la ikurriña y la bandera de la RASD -República Árabe Saharaui Democrática- con crespón y aplaudió en meta la «actitud y la solidaridad del pueblo vasco con la causa saharaui». Jon Arozena se llevó su segundo Diego García, el trofeo al mejor guipuzcoano en su segunda participación en la que ha logrado terminar. El duatleta, que empezó como atleta, es de Irun así que las retiradas, dos en su caso, le quedan a la vuelta de la esquina de su casa. Tampoco fue una buena jornada para las sillas de ruedas. Ya se sabe que la lluvia les provoca complicaciones. El podio fue íntegramente francés, con todos por encima de la hora. Ganó Willy Couderc y un asiduo con buenas actuaciones anteriores, Ali Mehiaoui, fue descalificado al intentar ahorrarse unos cuantos metros después de pinchar una rueda.

Se mantiene la tendencia

De los 20.655 inscritos -entre los que se contabilizan 23 de silla de ruedas, 128 patinadores y 20.504 a pie- tomaron la salida 17.437 y llegaron a meta 17.373. 3.218 no comparecieron lo que mantiene la tendencia de las últimas ediciones, en la línea de otras citas multitudinarias de inscripción prematura. Los retirados, 63, son un número razonable teniendo en cuenta el volumen de participantes y otra «Behobia meona» como terminó por mencionar más de uno.

Joaldunak

Los madrugadores Joaldunak salieron de Behobia a las 7.00 y fueron los primeros en recalar en el Boulevard con el sonido del carnaval de Ituren y Zubieta. Eso sí, reconocieron que fue duro. Un rato antes 824 chavales recuperaron la Behobia Txiki.

De la Behobia-Donostia al Maratón del Sahara

Con los recientes acontecimientos de El Aaiún a flor de piel, pancartas en las que se denunciaba el papel de España y Marruecos en el conflicto y al grito de «Sahara Askatu», se presentó en los arkupes del Ayuntamiento de Donostia la próxima edición del Maratón Internacional del Sahara para finales de febrero. M.S.

patinadores

El alavés Iñigo Vidondo fue el primer vencedor en el estreno de la Behobia sobre ruedas, que de la mano de Donostiroller se puso en marcha ayer como una de las novedades. El ganador invirtió 49:31 minutos en sortear los 20 kilómetros.

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