Le recordaron a Martín Lasarte antes de viajar el miércoles a Almería que De la Bella había declarado que estaba con la luz de la reserva encendida tras jugar casi todos los minutos hasta ahora. En lugar de dejarle en casa para que descansara, volvió a jugar los 90 minutos en un partido en la Copa que no tenía importancia cuando el lateral necesita tener las pilas cargadas para no caer en sus errores de concentración defensivos de la primera mitad de la pasada campaña. Ayer hubo momentos que hicieron recordar su partido de Albacete del pasado año.

De él pareció acordarse Esteban Vigo cuando pidió a su equipo atacar sistemáticamente por su banda en la segunda parte y eso le bastó para remontar el partido con dos ocasiones en las que Kiko Feremía superó al lateral catalán. En la primera acompañada de un error arbitral al no señalar fuera de juego de Trezeguet y en la segunda de una genialidad de Drenthe al transformar de forma magistral la falta que tuvo que cometer Mikel González en su tarea de bombero. Así, la Real dejó escapar un triunfo muy asequible.

Es difícil encontrarse un rival que ofrezca tantas facilidades como las que daba ayer en el primer tiempo el Hércules. Estaba a merced de la Real y tenía a su público en contra. Pero salió vivo de unos primeros 45 minutos en los que la Real debió sentenciar y ahí se le acabó la gasolina. De la Bella no entró en el partido al inicio del segundo tiempo y tampoco Griezmann defendía como en el primero.

Porque es imposible jugar todo el partido como en sus primeros 45 minutos fabulosos y mantener un buen nivel tras jugar casi 180 el domingo y el miércoles anterior. Lasarte alineó de salida a seis titulares del miércoles, cuatro de ellos centrocampistas, y Esteban Vigo sólo a dos, y eso implica conceder una ventaja muy importante al rival. Porque mientras a la Real le aguantaron las energías fue muy superior al Hércules y en la segunda parte el equipo no fue el mismo. Y esta Real no puede perder plumas en la Copa.

Alguno dirá que no puede ser que unos profesionales tan jóvenes no puedan jugar a su mejor nivel tres partidos en una semana, pero es evidente que es así. No se puede mantener la intensidad y el alto ritmo del primer tiempo tres veces en siete días. Ya es muy difícil aguantarlo 90 minutos de domingo a domingo... Por eso el partido no se perdió en los primeros diez minutos del segundo tiempo, sino el miércoles, cuando De la Bella no se quedó en casa, como Xabi Prieto, Griezmann y Llorente.

El mejor juego como visitante

Porque la Real desplegó en el primer tiempo su mejor juego fuera de casa. Presionó muy bien la salida del balón del Hércules, con un gran trabajo de los cinco jugadores más adelantados. Sin balón, la Real jugó más con un 4-1-4-1 que con el habitual 4-2-3-1 al adelantarse Elustondo para presionar a Abel Aguilar a la altura en la que Aranburu impedía jugar a Fritzler. Esa presión de estos cinco jugadores permitía a la Real recuperar el balón arriba con tanta facilidad con la que combinaban entre ellos ante un rival impotente porque Drenthe y Valdez no apoyaban al resto de centrocampistas en la lucha desigual que libraban.

La Real además estuvo acertada en una faceta en la que no ha destacado esta temporada, las jugadas de estrategia y el juego aéreo. Así, en una falta lanzada por Xabi Prieto y cabeceada por Carlos Martínez llegó el gol de Griezmann, que también pudo marcar un segundo tanto de cabeza al enviar al larguero un centro de Carlos Martínez, al que Drenthe no seguía la mitad de las veces en las que subía.

El de Macon también pudo marcar en otra falta lanzada con rapidez por Xabi Prieto, su disparo cruzado salió desviado, y en otra jugada de estrategia a Ansotegi le faltó muy poco para enviar el balón a la red. Fue el único pero del primer tiempo realista, que debió irse al descanso con una ventaja mayor.

El Hércules apenas inquietó porque a la buena presión de los jugadores más adelantados realistas se sumó el marcaje casi individual de Rivas a Valdez. En el balance ofensivo del Hércules en el primer tiempo apenas se pudo apuntar dos remates de Abel Aguilar y uno de Sergio Rodríguez. Dos de esas tres ocasiones también llegaron a balón parado, pero en ninguna Bravo tuvo necesidad de intervenir.

Diez minutos de apagón

Pero los buenos 45 minutos del primer tiempo se echaron a perder en los iniciales del segundo, cuando De la Bella confirmó que tenía la reserva encendida. Tras un gran inicio de temporada, como lo fue la segunda mitad de la pasada, confirmó que cuando no tiene las pilas puestas es un jugador que regala su espalda y así en cinco minutos permitió a Kiko Feremía fabricar las jugadas de los dos goles.

Esteban Vigo tenía en la otra banda al jugador mejor pagado y al más desequilibrante de la plantilla, pero entendía que el agujero realista estaba en el carril del chaval alicantino, que se veía beneficiado de que en el segundo tiempo Griezmann sólo corría hacia adelante.

A la Real le tocó buscar la remontada sin la frescura del primer tiempo y tuvo dos buenas opciones para empatar en remates de Ansotegi y Griezmann, pero el Hércules supo mantener un triunfo que le cayó del cielo.