«No sólo de pan vive el hombre», dice la letra de la canción que suena en estos momentos en la radio a ritmo latino, aunque su escritura sea algo más antigua y espiritual. Y pienso... qué razón tiene, sobre todo cuando hablamos del colectivo celíaco y este pan, para colmo, tiene gluten.

La enfermedad celíaca es la patología crónica intestinal más frecuente en Euskadi e, irónicamente, la gran desconocida. Es una intolerancia al gluten, proteína que se encuentra en cereales como el trigo, centeno, cebada (malta) y avena. Su único tratamiento es la dieta exenta de gluten durante toda la vida. Puede parecer algo sencillo, pero el 80% de los alimentos elaborados o manipulados pueden contenerlo, con lo que el momento placentero de la comida se traduce en una ardua tarea.

Ni que decir tiene, plantearse ir a comer fuera de casa... ¿No es Euskadi un icono gastronómico a nivel mundial? ¿Y por qué se sienten, entonces, consumidores cautivos? Las relaciones sociales y la gastronomía son un binomio indivisible en nuestra sociedad. Pero si el celíaco encuentra obstáculos día a día que le impiden comerse unas alubias de Tolosa, una merluza a la koxkera y un goxua de postre; si el txikito no se acompaña de un buen pintxo; o en las fiestas se queda con ganas de un talo de txistorra... ¿tiene entonces vida social?

Hasta ahora, ha sido la Asociación de Celíacos quien ha trabajado para informarte de esta necesidad, amigo restaurador, porque, como dice el refrán, «quien tiene vergüenza, ni come ni almuerza». Pero ahora te toca a ti dar el siguiente paso, uniéndote a nuestro proyecto Club de Restauración para Personas Celíacas... ¿Vas a ser el único restaurante, bar u hotel que nos deje fuera? Sólo pedimos menos mantel y más que comer. A cambio, te ofrecemos información, formación, asesoramiento y control anual, lo que supone un importante apoyo para los establecimientos de la hostelería y la restauración.

Entonces... ¿Pan para hoy? Gracias... sí, me adelanto a agradeceros vuestro apoyo.