La Comisión Europea admitió ayer que la situación de las cuentas públicas de Irlanda es «grave» y que existe preocupación entre los estados miembros sobre la estabilidad de la eurozona en su conjunto, pero insistió en que ni el Gobierno de Dublín ni Portugal, que también está siendo atacado por los mercados, han pedido asistencia financiera.

«Está claro que la situación de las cuentas públicas irlandesas es grave», afirmó el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj, quien explicó que la CE se mantiene en «estrecho contacto» con las autoridades irlandesas. Señaló, al respecto, que el Ejecutivo confía en la «determinación» de Dublín para aplicar nuevas medidas de austeridad que le permitan reducir el déficit por debajo del 3% del PIB en 2014..

Sin embargo, los rumores no cesan, y fuentes comunitarias aseguraron que los ministros de Economía de la eurozona presionarán hoy a Irlanda para que acepte ayuda financiera.

Por su parte, el ministro portugués de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, tuvo que rectificar bien entrada la noche de ayer unas declaraciones en las que admitía que existe un «alto riesgo» de que su país tenga que pedir ayuda.