Albisu e Iparragirre instan a Madrid y París a actuar con sentido histórico
El macrojuicio contra diez ciudadanos vascos, seis de ellos presos, que arrancó ayer en París se convirtió en una tribuna desde la que Mikel Albisu y Marixol Iparragirre hicieron un llamamiento a los gobiernos español y francés a que «actúen con responsabilidad y sentido histórico» y aborden «la resolución del conflicto». Ambos militantes subrayaron que «una vez más, ETA tiene la mano tendida a la paz». El proceso se prolongará hasta el 17 de diciembre.
GARA
Aprovechando el inicio del proceso judicial contra diez ciudadanos vascos en el Tribunal especial de París, los presos polí- ticos Mikel Albisu y Marixol Iparragirre hicieron ayer un llamamiento directo a los estados español y francés a que aborden «la resolución del conflicto».
Ambos reconocieron su militancia en Euskadi Ta Askatasuna y leyeron sendas declaraciones (la mayor parte en francés) en las que hicieron hincapié en el momento actual, subrayando que «una vez más, ETA tiene la mano tendida a la paz».
Aunque Albisu manifestó su deseo de hablar durante el trámite de identificación, el presidente del tribunal no le dio opción a ello.
Iparragirre, sin embargo, pudo hacerlo tras declinar su identificación. Precisamente, cuando se le pidió identificarse res- pondió con las palabras «me llamo Jon Anza, mi cuerpo fue hallado en Toulouse...» y relató las circunstancias aún no aclaradas de la desaparición y muerte del militante donostiarra.
En su alocución indicó que «somos los hijos de Gernika. El dolor de Gernika todavía no se ha apagado, sigue ardiendo». Añadió que «no somos terroristas» y que su pretensión no es «destruir el Estado español ni el francés» sino construir un Estado vasco «para que podamos sobrevivir como pueblo».
Arrestada, al igual que los demás procesados, a principios de octubre de 2004, apeló a París y Madrid a que actúen «con responsabilidad y sentido histórico» para resolver el conflicto que perdura en Euskal Herria.
La paz, cerca
En la misma línea, Albisu, que negó legitimidad al tribunal para juzgarlo, señaló que «todavía la paz no ha llegado a nuestro pueblo, aunque ésta no ha estado nunca tan cercana».
Insistió en que el objetivo nunca ha sido «imponer nuestra opción política» sino que los vascos puedan decidir su futuro «sin límites ni injerencias externas» y expresó su deseo de «que se dé una solución política justa a este conflicto».
Declaró que «aun siendo conscientes de los errores que hayamos podido cometer, estamos orgullosos del camino recorrido».
Por su parte, Peio Alcantarilla, cuya defensa pidió su puesta en libertad, también solicitó poder expresarse en la sesión de ayer. En un primer momento el juez se mostró reacio a dejarle hablar pero, finalmente, accedió a darle la palabra.
Durante largo tiempo, Alcantarilla explicó los pormenores de su detención en Burgos y los posteriores malos tratos y torturas a los que fue sometido. En su exhaustivo relato, manifestó que mientras le trasladaban con la cabeza entre las piernas a Madrid, la Guardia Civil le decía que «ya no tenía 15 años y que para ahora ya debía saber lo que es la Guardia Civil», al tiempo que le aseguraban que «vas a cantar en Madrid».
Intentó suicidarse
El ciudadano de nacionalidad francesa añadió que durante la detención en comisaría intentó suicidarse y que, todavía hoy, sufre las consecuencias de aquel maltrato, ya que continúa tomando medicamentos antidepresivos.
El vecino de Beskoitze Joxe Ramon Arrano denunció la dilación en la celebración del juicio -seis años- y que durante ese tiempo los hayan mantenido en prisión preventiva. Lo consideró «inaceptable en un país que se dice defensor de los derechos humanos».
Durante el juicio declararán como testigos, entre otros, Xabi Larralde, el consejero regional Kotte Ezenarro y el alcalde de Hiriburu Alain Iriart.
El juicio comenzó con dos horas y media de retraso sobre el horario previsto debido a un movimiento de huelga de los funcionarios de prisiones que retrasó el traslado de los militantes presos al tribunal parisino.
Otra protesta de los abogados, que están llevando a cabo huelgas por el régimen de la detención y por la falta de recursos para garantizar los turnos de oficio, tuvo también incidencia en el juicio. El abogado Jean-François Blanco, decano del colegio de abogados de Pau, donde la huelga está teniendo un seguimiento particular, solicitó que el proceso se pospusiera hasta la próxima semana, pero Philippe Vandingenen, presidente del tribunal especial, se negó a ello.
La sesión de la mañana terminó, asimismo, con otro percance, cuando Marixol Iparragirre pidió un minuto de silencio en homenaje a Marta Alcalde, esposa de Mikel Negrete, fallecida como consecuencia de un cáncer y cuya pertenencia a ETA reveló, subrayando que «siempre dio lo mejor de ella misma por la causa». Vandingenen le respondió que no había lugar a su petición. Desde el público se entonó el «Eusko Gudariak» y el presidente hizo desalojar la sala. GARA