Andry Rajoelina, que llegó al poder hace veinte meses mediante un golpe de Estado con apoyo militar, afirmó ayer a los periodistas que «Madagascar es un Estado de derecho, hay un presidente de la transición y un primer ministro. Cualquier otra información es falsa». Rajoelina respondía así al pronunciamiento de un grupo de militares que aseguraron haber tomado el poder y «suspendido» las instituciones.

El presidente de facto dijo que «recibí personalmente amenazas de muerte de los coroneles que me dijeron que me quitarían la vida si no renunciaba. No voy a renunciar, no temáis».

Madagascar celebró ayer un referendo para adoptar una nueva Constitución y en medio de las votaciones, convocadas por el régimen de Rajoelina y boicoteadas por la oposición, el teniente coronel Charles Andrianasoavina -ligado al golpe que llevó al poder a Rajoelina- anunció la toma del poder por parte de un directorio militar, según informaciones de medios locales recogidas por Efe.

Sin embargo, horas después, el primer ministro, Camille Vital, dijo que el Gobierno de facto malgache seguía en el poder, al tiempo que realizó un llamamiento a la «calma y a la unidad» de las Fuerzas Armadas y anunció medidas contra «los infractores de la ley», aunque la situación seguía siendo confusa.

Los militares sublevados, reunidos en la base de Ivato, junto al aeropuerto de la capital malgache, habían distribuido previamente entre los medios un comunicado en el que exigían «la liberación inmediata de todos los presos políticos y la vuelta de todos los exiliados», entre los que figura el presidente derrocado por Rajoelina, Marc Ravalomanana.