Los presos políticos vascos de Tarascon, Jon González y Mikel Almandoz, han iniciado una huelga de hambre para exigir que se respete «el derecho de comunicación». El movimiento pro amnistía informó ayer de que entre otros asuntos, González y Almandoz se quejaron a los responsables de la cárcel francesa de que tienen «pocas» visitas, no tienen opción a «visitas especiales» con hijos y tienen «visitas dobles» una vez cada cinco semanas.

Los dos represaliados manifestaron que «no es justo tener que hacer 1.800 kilómetros para tener una hora de visita». Recibieron un `no' por respuesta. Permanecerán en huelga «hasta que se solucionen los problemas de las visitas».

La letrada bilbaina Arantza Zulueta, por su parte, también inició el lunes una huelga de hambre. Por lo que informaron sus familiares, Zulueta lleva ya siete meses en aislamiento y en la prisión de Málaga, donde se encuentra desde el 23 de octubre, tiene intervenidas todas sus comunicaciones. Se encuentra en una celda muy reducida, sin objetos personales, sólo le permiten leer cartas para después entregarlas y el único contacto se limita al personal de la cárcel. Sus familiares definen lo que está ocurriendo como «una auténtica venganza en forma de pena de aislamiento».

En próximo fin de semana, Azpeitia será escenario de un campeonato de boulder ¯modalidad de escalada¯ solidario con los presos. Se trata de la 5ª edición de esta competición, que persigue dar a conocer esta modalidad y «hacer llegar nuestra solidaridad a familiares y amigos de los presos».

Asimismo, el pasado martes 120 personas se movilizaron en la Plaza del Arriaga de Bilbo en favor de los presos. Ayer, en Atarrabia, fueron 24.