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La UE vive mes a mes, en una eterna disputa presupuestaria, expuesta a nuevos sobresaltos

Esta semana ha reflejado de forma implacable el delicado momento por el que atraviesa la Uni�n Europea. Por una parte, Irlanda ha terminado por reconocer que necesita �un pr�stamo muy importante de decenas de miles de euros� para sacar de la UCI su malherido sector financiero y ha comenzado ya a negociar con la Comisi�n Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Por otra, las negociaciones sobre el presupuesto comunitario de 2011 entre el Consejo y el Parlamento han colapsado, lo que obliga a un �ltimo intento de urgencia en diciembre. Adem�s, la Comisi�n Europea ha presentado las l�neas maestras de su propuesta de reforma de la Pol�tica Agr�cola Com�n, pero ha evitado cualquier menci�n a los medios financieros de que se va a dotar, lo que refleja no tanto su debilidad como la ausencia total de consenso en un tema capital precisamente para el pr�ximo marco presupuestario de la Uni�n. Y, por �ltimo, la minicumbre entre Uni�n Europea y Estados Unidos celebrada en Lisboa tras la cumbre de la OTAN ha resultado ser de tan bajo perfil que obliga a preguntarse tanto por las prioridades de Barack Obama como por el triste rumbo diplom�tico de la UE, su descafeinada pol�tica exterior y sus d�biles representantes. El visible aunque vano intento de Hillary Clinton y Catherine Ashton de dar una apariencia de seriedad y trascendencia a una minisesi�n centrada en la seguridad energ�tica tuvo un reflejo igual de vago y protocolario en la reuni�n que Obama mantuvo ayer con Herman Van Rompuy (presidente del Consejo Europeo) y Jos� Manuel Durao Barroso (presidente de la Comisi�n Europea).

Y a�n podr�amos aportar un quinto reflejo de esta complicada semana para la Uni�n, puesto que la cumbre de la OTAN volvi� a demostrar que los Veintisiete siguen sin una voz �nica en temas de seguridad y defensa y que, adem�s, contin�an aceptando que sea Estados Unidos quien marque no s�lo el rumbo de la Alianza, sino algo que deber�a ser mucho m�s dif�cil de tragar para ellos, el marco de seguridad global en Europa.

2014 est� muy cerca

No es una fecha m�s para la Uni�n Europea. Todo lo que ha sucedido esta semana y buena parte de lo que suceder� en los pr�ximos meses tiene un l�mite temporal claro: 2014. El actual marco presupuestario (2007-2013) est� a punto de concluir y el pr�ximo marcar� en buena medida el rumbo que tomar� la Uni�n. Los ingresos de la Uni�n Europea, el reparto de fondos internos, la financiaci�n de determinadas pol�ticas y, por lo tanto, la importancia que se dar� a cada una de ellas, est�n en juego. Buena parte de esas cuestiones se est�n dirimiendo ya en las negociaciones sectoriales (pol�tica agr�cola com�n, por ejemplo), pero se fijan tambi�n en los consejos europeos, donde los estados tratan de tomar posiciones. Algunas de las posiciones defendidas por Alemania en las �ltimas cumbres indican claramente que juega ya con la vista puesta a medio plazo. Y es que, adem�s, 2014 ver� c�mo comienza a ser aplicado el nuevo sistema de toma de decisiones en el seno del Consejo de Ministros de la Uni�n, lo que conlleva un nuevo reparto del poder y un terreno de juego incierto para muchos. Sobre todo para los m�s peque�os, pero tambi�n para los grandes, con una Alemania que ve con enorme recelo la deriva econ�mica y financiera de algunos estados miembros porque ello puede provocar una insostenible debilidad comunitaria en general y del euro en particular, y Berl�n no est� dispuesto a perder los par�metros de referencia que fij� para aceptar el cambio del marco por la moneda �nica.

La debilidad econ�mica, monetaria y financiera de la Uni�n est� retratando el actual modelo de integraci�n (descarnadamente en t�rminos de competitividad, empleo y bienestar social) y, de paso, demuestra que algunos de los alumnos presentados como aventajados (Irlanda y Espa�a, por ejemplo) eran m�s espejismos que realidades. Aunque obvi�ramos la complicad�sima situaci�n por la que atraviesan algunos de los �ltimos en sumarse al club desde 2004, bastar�a detenerse en los graves problemas que acucian a Grecia, Irlanda, Espa�a y Portugal (en su d�a los cuatro de la cohesi�n, los que m�s dinero han recibido de la Uni�n) para concluir que los objetivos marcados en los instrumentos financieros de la pol�tica regional a partir de 1994 (Fondos Estructurales y Fondo de Cohesi�n principalmente) est�n fracasando precisamente all� donde m�s se necesitan: convergencia, competitividad y empleo, con el agravante de que tampoco se ha avanzado gran cosa en la protecci�n del medio ambiente, a pesar de que se coloc� como prioridad y con especial �nfasis en los objetivos y fondos para el periodo 2007-2013.

El presupuesto de 2011 est� en el aire; el pr�ximo marco plurianual presupuestario en el limbo; las negociaciones sobre la pol�tica agr�cola com�n que debe aplicarse a partir de 2014 son zona de guerra; la UE no sabe si podr� financiar lo dispuesto en el Tratado de Lisboa y Berl�n mira de reojo a Madrid para saber si ser� el pr�ximo en necesitar un plan de rescate. La Uni�n vive mes a mes, y eso la expone a sobresaltos y fracturas.

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