El Atlético necesitó de una actuación arbitral muy favorable para lograr su primer triunfo en Anoeta. Ayza Gámez no señaló un penalti por mano de Tiago que hubiera supuesto el 2-0 y originó la jugada del empate. Por si fuera poco, Agüero marcó el 1-2 en fuera de juego y el valenciano dejó de sancionar un penalti por agarrón a Carlos Martínez cuando el marcador reflejaba un empate a uno.

En una Liga en la que hay grandes diferencias presupuestarias entre unos equipos y otros, si encima los árbitros ayudan a los más poderosos nada se puede hacer más que caer con toda la dignidad con la que lo hizo ayer la Real, que fue mejor en la primera media hora de partido y luego supo defender su ventaja ante un rival superior hasta que Ayza Gámez tuvo que desequilibrar el encuentro.

Fue una pena la derrota porque durante una hora se estuvo por delante en el marcador. La Real y Joseba Llorente fueron fieles a las puestas de escena de los últimos partidos de Anoeta, en los que el conjunto blanquiazul siempre ha comenzado mejor que el rival y su delantero ha marcado en su primera ocasión.

Ponerse pronto por delante en el marcador permitió a la Real jugar sus mejores minutos en el primer tiempo, con dos opciones de Llorente a pases de Xabi Prieto y Aranburu, aunque la segunda fue anulada por un fuera de juego inexistente.

Los blanquiazules se impusieron en el primer tercio del partido con una buena presión que impedía a los rojiblancos conectar con sus dos delanteros. En ataque la Real combinaba con rapidez y cuando empezaba a jugar desde atrás buscaba sistemáticamente la cabeza de Xabi Prieto, que ganaba siempre a Antonio López en sus saltos y contaba con la colaboración de Zurutuza en ese juego. Pero en los últimos quince minutos del primer tiempo bajó la intensidad defensiva realista, se abrieron distancias entre líneas y sí sufrió más la Real, con dos remates peligrosos de Agüero y Tiago, ante el que se lució Bravo.

Un Atlético superior

En la segunda mitad el Atlético fue mejor, pero la primera ocasión la tuvo Griezmann en un remate que despejó De Gea. Luego a Xabi Prieto le faltó más decisión en un disparo. A partir de ahí, el quipo rojiblanco se impuso, el blanquiazul jugó demasiado retrasado, pero tampoco concedió demasiadas ocasiones.

Así el empate tuvo que llegar en la jugada clave del partido. Del posible 2-0 se pasó al empate y esa jugada condicionó el resto del encuentro. En ese momento la Real sufría y Lasarte había realizado un cambio muy defensivo al dar entrada a Markel en lugar de Griezmann. Probablemente buscaba mejorar en la banda izquierda en defensa, pero Aranburu fue superado por Ujfalusi en la jugada del 1-2, aunque los artistas principales volvieron a ser Forlán, en la apertura al lateral, y Agüero, que marcó en fuera de juego.

Enseguida el argentino volvió a marcar, pero la Real no se vino abajo, Rivas recortó diferencias con un disparo con la izquierda y el empate pudo llegar en un centro de Xabi Prieto que Zurutuza remató alto. El conjunto blanquiazul buscó el empate, pero sólo encontró el cuarto gol en contra en un penalti de Mikel González que no ofreció dudas con el tiempo ya cumplido. Fue de lo poco en lo que Ayza Gámez acertó en su triste arbitraje.