El primer ministro saliente del Irak ocupado, Nuri al-Maliki, fue designado oficialmente ayer por el presidente, Yalal Talabani, para abordar la difícil tarea de formar un nuevo Gobierno, más de ocho meses después de las elecciones.

«Sé muy bien que el Ejecutivo, cuya formación me han encargado, no es fácil», aseguró Al-Maliki, a quien para llevar a cabo esa tarea Talabani le pidió que el futuro Gobierno esté «constituido por todos los componentes del pueblo, sin descartar a ninguno», y le instó a respetar la Constitución y los intereses comunes, luchar contra la corrupción y suprimir los obstáculos que impiden al Ejército su labor.

Aunque Talabani ya adelantó el día 11 que encomendaría a Al-Maliki la formación de un nuevo Ejecutivo, el encargo no se hizo oficial hasta ayer, cuando expiraba el plazo constitucional.

Al-Maliki apeló al pueblo y a la clase política a «superar las diferencias del pasado y abrir una nueva página» y solicitó a los bloques políticos que nombren a personas experimentadas para ayudar a formar un Ejecutivo «activo y eficiente», cuyos objetivos son «prestación de servicios, reconstrucción y seguridad».

Ahora se abre un plazo de 30 días para elegir a los 38 ministros, que tendrán que recibir el beneplácito del Parlamento y satisfacer a los distintos partidos.

El analista Raed al-Yaburi señaló a Efe que una de las mayores dificultades para Al-Maliki será «resolver adecuadamente la formación del Consejo de Políticas Estratégicas, que presidirá Iyad Allawi y fue propuesto por Al-Iraqiya, que pide que su refrendado antes de la votación del Gobierno en el Parlamento».

Por su parte, el experto Alí al-Obeidi apuntó que también habrá dificultades en la distribución de carteras como Exterio- res, Finanzas y Petróleo, que las grandes coaliciones reclaman.