La lucha de un preso FIES, en un escenario del tamaño de la celda
La autobiografía que publicó Txalaparta de un preso FIES, Patxi Zamoro, sirve de inspiración para una obra teatral que se representa en la casa de cultura de Zizur Nagusia. La obra lleva la firma del movimiento No Out, que trata de acercar el teatro a invidentes y sordos.Aritz INTXUSTA | ZIZUR NAGUSIA
Trazos blancos en el suelo delimitan una cuadrícula de dos por tres metros cuadrados. Es la medida de una celda de castigo. Imanol Espinazo no tiene más espacio para actuar y lo tiene que compartir con una cama, una mesa y el retrete. No hay nadie más sobre el escenario, el actor se encuentra solo.
Estos son los ingredientes de «A ambos lados del muro», una obra teatral de denuncia, inspirada en la autobiografía y en la lucha del preso FIES Patxi Zamoro, quien falleció al poco de salir de prisión, tras 18 años internado en condiciones infrahumanas, pero «sin pasar por el aro». Fue un activo colaborador de Salhaketa, en favor de la dignidad de los presos y denunciando la falacia de la cárcel como medio de reinserción.
Preguntado por el porqué de una obra así, Imanol Espinazo recita de memoria: «Al final del libro, Patxi escribe: `Pronto exhalaré mi último aliento y quizá tú puedas hacer algo'. Y pensé que sí, que eso era cierto, que debía hacer lo que estaba en mi mano para continuar con lo que él defendía». Para Espinazo, lo importante es que «nadie sienta indiferencia al pasar junto a una cárcel».
Txalaparta le entregó los derechos de la obra y Espinazo se puso en contacto con la viuda de Zamoro, Arantxa, para conocerlo todo sobre el preso. El resultado de este trabajo, que intenta resumir en poco más de una hora 18 años de lucha por mantener la dignidad, se vio ayer por vez primera en Zizur Nagusia. Hoy hay programado un nuevo pase.
El texto para la teatralización de la vida de Zamoro lleva también la firma de Pablo del Mundillo. Y, a pesar de que Espinazo está solo en la escena, al otro lado del escenario, oculto tras una tela oscura, se encuentra al piano Francesco Casali, quien a través del jazz y el blues se convierte en la imaginación del preso. Junto al pianista, también escondido, Del Mundillo se encarga en directo de hacer los ruidos, los pasos y las voces que escucha Patxi Zamoro desde su celda de aislamiento.
Otro de los aspectos que destacan de esta obra teatral es que está adaptada. Imanol forma parte del movimiento No Out, que busca acercar el teatro a todos los públicos. Por ello, la obra cuenta con audiodescripciones para los invidentes, subtítulos para sordos y bucle magnético para quienes usan aparatos auditivos. Asimismo, si las personas con problemas visuales acuden media hora antes de que arranque la función pueden palpar la escenografía.