Crisis en Caja Navarra
Una de cada siete sucursales de la CAN está vendida o a la venta
Caja Navarra tiene actualmente en venta al menos 24 de sus sucursales, la mayoría de ellas en la CAV, donde lanzó su campaña de expansión más agresiva después de echar por tierra el pacto entre las cajas vascas. Tampoco Nafarroa se libra del cierre en cascada de oficinas de la CAN, ya que se encuentran a la venta dos sucursales en Iruñea y locales en Gares, Zizur Nagusia y Cintruénigo.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
Enrique Goñi, director general de Caja Navarra por decisión del Gobierno de UPN, emprendió una campaña de expansión extremadamente ambiciosa en 2005. La CAN dio por cerrado el plan «de forma muy exitosa» en enero de 2009. En esa fecha se habían abierto 146 oficinas nuevas y otras seis continuaban en obras. Sumado a lo que ya tenía anteriormente, la CAN poseía un total de 391 sucursales. Pero el gigante tenía pies de barro.
Apenas un año después, en marzo de 2010, la caja publicó su informe anual en el que su número de sucursales había bajado de 391 a 336. Es decir, cerró 55 oficinas en un año. A esto hay que añadir los tres lease back que se realizaron entre junio de 2009 y setiembre de 2010, que afectan a su sede central y a 25 sucursales. El lease back supone que la oficina se ha vendido, con una opción de recompra, y que Caja Navarra sigue empleando el inmueble pagando alquiler. En definitiva y tomando como base el último informe anual, Caja Navarra posee 336 oficinas y ha vendido o ha puesto a la venta 50 sucursales, o en otras palabras: por cada siete oficinas que mantiene abiertas se ha desprendido de otra.
El cierre de sucursales se puede deber a dos motivos: o la oficina no es rentable o la caja anda apurada de liquidez (no tiene dinero suficiente para continuar entregando préstamos al ritmo que desea). El lease back sólo puede estar motivada por la segunda opción.
La gran expansión de la CAN coincidió con el estallido de los mercados y pilló a la entidad navarra en un momento de debilidad, ya que había destinado a su expansión gran parte de sus fondos. En un principio, el proyecto esbozado en 2005 preveía la apertura de cien oficinas por un coste de 120 millones de euros. Cuatro años después, la expansión se les había ido de las manos. De cien nuevas oficinas pasaron a 152 y el presupuesto saltó de 120 a 303 millones de euros. Por poner este volumen económico en su contexto, cabe recordar que el beneficio neto de Caja Navarra en 2005, cuando inició su expansión, fue de 107 millones de euros.
El problema económico que deriva de esta expansión que ha acabado con un cierre en cascada de sucursales viene de la arrogancia con la que Goñi decidió ejecutar la ampliación. No fue prudente y no alquiló los locales, sino que los compró. Ahora necesita vender y el mercado inmobiliario no pasa precisamente por su mejor momento.
A día de hoy, las oficinas que se le han atragantado a la CAN se encuentran a la venta a través de Inmuebles CAN. Este periódico ha conseguido localizar 24 ex oficinas de Caja Navarra. El estado de los inmuebles da una imagen de lo precipitado del cierre. Hay locales «con acabado de obra», otros recién reformados y «con todas las instalaciones propias de oficina bancaria: climatización, redes informáticas, telefonía, audio, electricidad e iluminación...». Agunos incluso tienen la moqueta roja propia de las oficinas Cancha de la CAN. En la mayoría sigue el emblema de la entidad en la cristalera: «Tú eliges, tú decides».
La distribución de las oficinas de las que Caja Navarra intenta deshacerse es la siguiente: 7 en Bizkaia, 2 en Araba, 4 en Gipuzkoa, 5 en Nafarroa y otras 6 en el resto del Estado. El valor de muchos de estos inmuebles supera el millón de euros, siendo la más cara la oficina que abrió la CAN en Alcorcón, que la entidad valora en 2,2 millones de euros.
Ruptura del pacto entre cajas
De este mapa de edificios en venta se desprende que el mayor batacazo que se ha dado la caja ha sido en la CAV. Precisamente es en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa donde la CAN decidió actuar de una forma más arriesgada. La política de Caja Navarra supuso un golpe fatal para el pacto de no agresión entre las cajas vascas. Caja Navarra negó la existencia de dicho acuerdo justo antes de anunciar la apertura de las primeras 50 oficinas; sin embargo, en 2007, la Comision Nacional de la Competencia había sancionado con 24 millones de euros a todas las entidades por este motivo.
Actualmente, hay 25 oficinas de la CAN operativas en Bizkaia, y otras siete a la venta. Dos en Bilbo (en Tívoli 1 y en calle Ciudadela 3), en Sestao, Barakaldo, Portugalete, Barakaldo, Erandio y Plentzia. Caja Navarra ha puesto a la venta estas siete oficinas por unos 7,7 millones de euros.
Por 12 sucursales abiertas en Araba, hay otras dos en venta actualmente. Ambas en Gasteiz (Zabalgana 7 y Paula Montal 20). Cuestan cerca de dos millones de euros.
En cuanto a Gipuzkoa, se venden oficinas en Bergara, Astigarraga, Elgoibar y Donostia («con acabado de obra»). Su precio cojunto ronda los seis millones de euros. En este caso, la joya de la corona son los locales de Bergara, en la calle Ibargarai, completamente reformados, cuyo coste supera los 1,9 millones de euros.
Los planes de expansión en la CAV, originalmente, preveían llegar hasta las 50 oficinas, pero se engordaron sobre la marcha. En enero de 2009 había 63 y se estaban construyendo tres más. El último informe anual de la caja, el de marzo de 2010, indicaba que sólo quedaban abiertas 56, es decir, diez menos. Pero actualmente hay 13 locales a la venta. Eso implicaría que de marzo a esta parte se hayan cerrado otras tres más y que, además, no se ha conseguido vender ninguno de los locales.
Pero la postura incómoda en la que se ha quedado Caja Navarra le ha obligado a replegarse incluso en su propio territorio. De enero de 2009 a marzo de 2010 se cerraron dos oficinas. Sin embargo, a día de hoy se venden dos sucursales de la CAN en Iruñea (en Concejo Sagaseta y en Irunlarrea), una más en el corazon de Gares, otra en Cintruénigo y la última en Zizur Nagusia. No obstante, el precio de estos locales resulta mucho menor que los adquiridos durante la expansión: entre los cinco no llegan a los 2 millones de euros.
En cuento a su expansión en el Estado, además de la oficina de Alcorcón, que supera los 2 millones de euros, la CAN tiene a la venta sus sucursales de Getafe (950.000 euros), Móstoles (1,2 millones), Parla (1,65 millones) y Alfaro (230.000 euros). Remata esta relación la oficina de Madrid que, en este caso, se alquila por 3.20o euros al mes. El anuncio destaca que tiene rampa para minusválidos.
Según su último informe anual, Caja Navarra ha cerrado 55 oficinas en apenas 14 meses. Además de ello, ha vendido otras 25, pero sigue trabajando en ellas pagando en alquiler.
El beneficio neto de Caja Navarra en 2007 fue de 107 millones de euros. Sin embargo se gastó más de 300 en abrir nuevas oficinas; es decir, hipotecó sus beneficios de tres años para lanzar su campaña de expansión.
«A partir de ahora ya no podremos atenderte en esta oficina, pero tendrás a tu disposición una nueva oficina Cancha que te dará mucho más juego». Éste es el mensaje publicitario en positivo que aparece cuando la CAN abandona una sucursal.
CAN compró las oficinas cuando el mercado inmobiliario estaba al alza, en la cúspide de la burbuja. Ahora le toca vender a la baja, pero se desconoce el dato exacto de depreciación que hayan podido tener los inmuebles.
Al dar por finalizada su política expansiva, el director de comunicación de la CAN, Guillero Catalán, señaló que ya «sólo falta coger peso». Dos años después, no sólo no ha «engordado» sino que se ha visto obligada a adelgazar por la vía rápida.
La CAN ha tenido que reducir su número de oficinas en todas las áreas donde decidió ampliarse. En el último año se ha replegado en la CAV, en el Estado y en Nafarroa. El problema viene a la hora de desprenderse de los locales adquiridos.
Enrique Goñi y Antonio Pulido parecen haber zanjado el reparto del pastel de Banca Cívica: ambos serán copresidentes. Sin embargo, si la capacidad de Goñi para liderar Caja Navarra ha quedado en entredicho a la vista de los resultados de su política de expansión, el currículum de Pulido no es mucho mejor. El dato más gráfico de la situación financiera por la que pasa la entidad que lidera Pulido, Cajasol, es que, siendo mucho más grande que Caja Navarra, entra en Banca Cívica con el mismo porcentaje, el 29%. Aunque, eso sí, ha conseguido llevarse la sede central de Banca Cívica a Sevilla, lo que ha causado cierta preocupación en Nafarroa, ya que los impuestos que se derivaban de las operaciones realizadas por Caja Navarra constituyen un activo muy importante para la financiación de las arcas públicas de Nafarroa. Desde Banca Cívica se ha asegurado que eso no va a cambiar. Lo cierto es que la sede del nuevo banco no podía escaparse a la entidad andaluza, ya que tiene que justificar de alguna forma los 300 millones de euros que se va a gastar en un rascacielos de 178 metros de altura para demostrar la grandiosidad de la entidad.
Sin embargo, sobre el terreno, los datos de esta caja son francamente malos. El ratio de morosidad de Cajasol se ha disparado y se encuentra ya en el 6,67%. Y lo peor es que este índice no se mantiene estable, sino que ha avanzado a pasos agigantados en lo que va de año; en concreto, casi un punto desde que cerró el ejercicio de 2009. En consecuencia, el dinero que tiene guardado en caja ya sólo es capaz de cubrir el 40% de sus riesgos, cuando nueve meses antes lo cubría en un 52%. Cabe recordar, además, que la entidad que lidera Pulido tiene problemas desde mucho antes. De hecho, logró salvar el ejercicio de 2008 a costa de vender el 50% de su filial aseguradora, Caser. Asimismo, cada vez posee un menor volumen de préstamos. Lo preocupante es que esta alianza con Cajasol a través de un SIP ya no se podrá deshacer. A. I.
El fin de la expansión se decidió tras la compra del antiguo edificio del Banco Urquijo en Bilbo. Sin embargo, tras del anuncio del «lease back» en 25 locales sin especificar, no se puede estar seguro de que ese edificio siga siendo de su propiedad.