Son ricos, muy ricos, y quieren ser sometidos a un impuesto más fuerte: millonarios estadounidenses han pedido a la administración Obama que les aumente los impuestos con la esperanza de ayudar a reducir el abismo que les separa de sus compatriotas menos afortunados

Hasta 45 millonarios han lanzado una petición con este fin. En nombre de la «salud fiscal de nuestra nación y del bienestar de nuestros conciudadanos» piden que se deje de lado la rebaja fiscal acordada en 2001 para los contribuyentes cuya renta anual supere el millón de dólares. El momento no ha sido elegido al azar: estas rebajas fiscales, aprobadas por George W. Bush, acaban su vigencia a final de año. Y los demócratas, debilitados en las legislativas de principios de noviembre, quieren, en contra de la opinión de los republicanos, mantener en el futuro este dispositivo para las familias que ganan menos de 250.000 dólares por año.

Entre los firmantes se encuentra Ben Cohen, fundador de los helados Ben & Jerry's, el director de fondos especulativos Michael Steinhardt o el abogado de California retirado Guy Saperstein.

Frustración

Este último explicó a France Press haberse visto invadido por un sentimiento de «frustración», cuando el presidente Barack Obama insinuó recientemente la posibilidad de una prórroga provisional el alivio fiscal para los más ricos a cambio de mantenerlo permanentemente para el resto. «Pienso que nuestro país va mal», dijo Saperstein. «Cuando los tiempos son duros, los más ricos deben apretarse un poco el cinturón. Y no es un gran sacrificio. Nuestra tasa de impuestos está entre las más bajas de los países industrializados», afirmó.

Según Sapertein, 1.500 personas han apoyado la petición en cuyo origen participa, junto a otros millonarios.

Philippe Villers, un hombre de negocios de origen francés, fundador de Computervision y directivo de Grain Pro, se encuentra entre ellos. «La razón es sencilla: no pienso que (prorrogar las rebajs fiscales para los más ricos) sea justo ni que permita fortalecer la economía», explica. En otra iniciativa lanzada por Wealth for Common Good (La fortuna por el Bien Común), una asociación que reúne a hogares ricos y hombres de negocios, 410 estadounidenses de ingresos muy altos han firmado una petición que apela a Washington a cesar sus regalos fiscales a sus conciudadanos que ganan más de 250.000 dólares al año.

«He ganado no poco dinero estos últimos años. Es evidente que otros además de yo merecen aprovecharse un poco», explica Jeffrey Hayees, presidente de la empresa de asesoría Stratalys.

Incluso el millonario Warren Buffet se ha sumado a la demanda. «Pienso que la gente que se encuentra en lo alto de la pirámide -gente como yo- deberían pagar más impuestos. Nos estamos llevando más que nunca», ha asegurado recientemente Buffet, durante una entrevista concedida a la cadena ABC News.

Mike Lapham, de la asociación «Por una economía más justa», ha conseguido reunir a 7.000 estadounidenses dispuestos a reivindicar un reparto más justo de los impuestos.

Dijo que estaba «encantado de escuchar a algunos clamar: ¡Cóbrenme más impuestos a mí!, porque hay muchos que creen que el Gobierno federal debería haber hecho más por Nueva Orleans después del huracán Katrina de 2005 o durante el derrame de petróleo en el Golfo de México. Pero en verdad, el Gobierno ha tenido que reducir muchos capítulos de gastos».