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Despedida en el Astelena

Eulate supo rodearse de los suyos para pasar el mal trago

La derecha no permitió al zaguero de Lizarra decir adiós con una victoria, pero recibió el respaldo de sus compañeros y de sus incondicionales seguidores.

Jon ORMAZABAL

Las circunstancias no eran las más propicias, -su derecha terminó muy tocada, el Astelena tuvo una entrada flojita en un fin de semana de transición previa a la final del Cuatro y Medio y Lizarra está inmersa en fiestas-, pero como ha hecho en la cancha durante estas nueve temporadas como profesional, Peio Martínez de Eulate supo rodearse de los suyos para pasar el mal trago de ayer.

Despedirte por la puerta de atrás con 31 años, cuando te ves en condiciones de seguir jugando -por mucho que el último año haya sido escaso- y sabiendo que tu derecha está bajo mínimos es un mal trago que tuvo que pasar ayer el zaguero de Lizarra que, al menos, puede presumir de tener el soporte de sus compañeros.

Y es que, mientras las formas de Aspe en su adiós no han terminado de gustar al de Lizarra, la presencia masiva de pelotaris de varias generaciones en las gradas del Astelena en un día como el de ayer debe llenar de orgullo a un pelotari muy querido en el plantel profesional.

Como en un resumen de lo que ha sido este último año -quizá habría que alargarlo hasta ese Parejas de 2008 en el que le dejaron sin la oportunidad de defender en la cancha su txapela del año anterior- sus últimos pelotazos como profesional resultaron un suplicio.

Acompañado por un buen Julen Retegi, Martínez de Eulate arrancó en disposición de jugar ese partido digno que pretendía para su despedida. Sin embargo, poco a poco la derecha del zaguero navarro fue gastándose y apenas pudo defenderse. Una gran racha de Julen Retegi les dejó a las puertas de la victoria, pero no fue posible y cayeron derrotados por 22-20.

La crisis está haciendo que la «clase media» desaparezca del cuadro profesional en las dos grandes empresas, donde sólo queda hueco para las estrellas y las jóvenes promesas. Peio Martínez de Eulate ha sido la última víctima.

A pesar de los pesares, el de Lizarra sigue con hambre de pelota y tratará de hacerse un hueco en otras empresas menores en las que la situación tampoco es nada halagüeña. Incluso no descarta la opción de recalificarse como aficionado.

Mal regreso de Xala

Por otro lado, el estelar de ayer sirvió asimismo para que Xala regresara a la actividad mes y medio después de caer eliminado en la jaula y su regreso no fue nada bueno. Aritz Lasa, que también reaparecía tras un parón bastante más corto, aprovechó la superioridad de Zubieta en la zaga para ganarle la tostada e imponerse 11-22. Tampoco le fueron bien las cosas a Iñigo Leiza en su vuelta, cayó 12-22.

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