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Derbi en Anoeta

La fiesta se vistió de blanquiazul

La Real se colocó en posiciones europeas tras derrotar al Athletic en un derbi que confirmó las tendencias de ambos equipos como local y visitante y que sirvió para que la afición blanquiazul viviera una fiesta. Xabi Prieto y San José fueron los protagonistas. El central provocó el penalti que marcó el donostiarra y desvió a la red un centro del interior.

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REAL SOCIEDAD 2

ATHLETIC CLUB 0

Joseba ITURRIA

Anoeta recuperó cuatro años después la fiesta del fútbol vasco, que fue una fiesta blanquiazul. Una más. Porque la afición guipuzcoana vive cada partido de Anoeta desde los últimos que condujeron al descenso de celebración en celebración. Y la de ayer pareció casi superior a la del ascenso, porque todo Anoeta festejó la victoria sobre el gran rival que sitúa a su equipo en la sexta posición, que conduce a Europa, tras catorce jornadas.

Los blanquiazules se impusieron con justicia a los rojiblancos, que no supieron aprovechar su superioridad en el primer cuarto de hora del partido y luego no pudieron reaccionar al mazazo que supuso el gol de Xabi Prieto. A partir de ahí, la Real fue mejor que el Athletic, sin sufrir en defensa más que en las jugadas a balón parado, en las que los rojiblancos hacían valer toda su artillería pesada, y con la suerte de que un autogol en el inicio del segundo tiempo sentenció el partido.

A partir del 2-0, la Real jugó con comodidad y Anoeta vivió un éxtasis colectivo de una afición que necesitaba vivir tardes así después de tres años de agonía en Segunda. Se cantó la «Marcha de San Sebastián» desde mediados del segundo tiempo, se organizó la ola y todo el público se mantuvo en pie al final del partido para celebrar un triunfo que coloca a la Real en una posición con la que nadie contaba a inicios de temporada. Un sexto puesto con doce puntos sobre la zona de descenso que, si no desaparece esa renta en la los partidos complicados que aguardan ahora a la Real, obliga a replantearse los objetivos. Y el Athletic también los tendrá que modificar si fuera de casa no mejora, porque sólo con los puntos de San Mamés no se puede aspirar a Europa.

El Athletic, mejor de salida

Y eso que el Athletic comenzó muy fuerte en Anoeta. En el primer minuto Mikel San José, llamado a vivir una noche protagonista, obligó a Bravo a realizar una buena parada tras un centro de Gabilondo, que seguidamente envió un disparo muy cruzado desde dentro del área.

La Real no conseguía superar la presión del Athletic y no encontraba la forma de conectar con sus cuatro jugadores más adelantados. En una de las primeras ocasiones en las que Xabi Prieto tuvo la oportunidad de aprovechar la ventaja que tenía en un duelo desigual con Aurtenetxe, cedió el balón a Carlos Martínez, que sacó el mejor centro de una noche poco acertada para que Zurutuza provocara un penalti que vio el asistente de Ramírez Domínguez. Xabi Prieto no falló en las dos oportunidades que tuvo para tirarlo y esa jugada cambió el partido.

La Real se creció en la misma medida que menguó el poder del Athletic. Así, los blanquiazules pudieron aumentar su ventaja antes del descanso en un corner que sacó Griezmann y peinó Xabi Prieto sin que Llorente acertara a tocar el balón a un metro de la raya. Luego fue el de Macon el que porfió en un salto con Iraizoz y tras obligar al portero a fallar no acertó de espaldas a portería sin ningún obstáculo entre ambos y envió su disparo al palo. En la siguiente jugada Markel Susaeta pudo empatar en un tiro cruzado que salió fuera, pero estaba claro que en la noche de ayer sólo había lugar para las celebraciones de los realistas.

La segunda jugada clave

Y lo vino a confirmar la jugada del autogol. Parecía que el Athletic había salido con un nuevo ímpetu tras el descanso con la entrada de Toquero, pero no tuvo tiempo para comprobarlo porque otra vez en su primera aproximación con un mínimo de peligro, como siempre desde la derecha, San José envió a la red un centro de Xabi Prieto.

El Athletic no se entregó y se fue hacia la portería de Bravo con una búsqueda permanente de Fernando Llorente y una sensación de peligro en las jugadas a balón parado, que llevó a Lasarte a dar entrada a Mikel Labaka para acabar el encuentro con una defensa de cinco y sin sufrir demasiado ante el acoso rival.

Incluso los blanquiazules pudieron ampliar su renta en dos remates de Griezmann y Joseba Llorente, pero Anoeta no necesitaba más goles de los suyos para seguir con sus festejos. Cada corte de balón o cada frivolidad de Griezmann se ovacionaba como si fuera una gran jugada y así terminó un partido que hizo feliz al que más desgracias ha vivido en estos cuatro años.

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