El presidente del Eurogrupo acusa al Gobierno alemán de «antieuropeo»
El debate sobre cómo afrontar la crisis económica en la UE ha traspasado ya las paredes de las sedes oficiales de Bruselas para pasar a ser de dominio público. Las declaraciones efectuadas ayer por el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, a un diario alemán son una muestra de lo encontradas que están algunas posiciones. Juncker acusa a los mandatarios de aquel país de «antieuropeos» y «simplistas» por no aceptar la emisión de eurobonos.
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El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ha criticado la postura de Alemania de rechazar la idea de crear un bono soberano de la zona euro «incluso antes de estudiarla», y ha acusado al Ejecutivo germano de «antieuropeo» y de tener «un pensamiento un poco simplista». «Están rechazando una idea antes de estudiarla. Estoy sorprendido. Esta manera de crear temas tabú en Europa y de no atender a las ideas de los demás es una manera muy antieuropea de gestionar los asuntos europeos», opina Juncker en una entrevista publicada ayer por el diario alemán «Die Zeit» y recogida por Europa Press.
Juncker respondía así a las críticas realizadas desde el Gobierno alemán a la propuesta que realizó hace unos días junto al ministro de Finanzas de Italia, Giulio Termonti, de emitir bonos conjuntos en la eurozona. En este sentido, el político luxemburgués defendió que su propuesta en ningún momento recoge un tipo de interés uniforme, algo que había sido criticado por la canciller alemana, Angela Merkel, sino que, aunque se emitiera a nivel europeo, gran parte sería a tipos estatales.
A pesar de estas críticas, el Gobierno alemán reiteró ayer su rechazo a que la Eurozona emita bonos comunes de deuda y subrayó los inconvenientes económicos que supondría para su país y el resto de países del euro, así como dificultades legales en el marco europeo. El portavoz Steffen Seibert dijo en rueda de prensa difundida por Efe que la emisión de este tipo de bonos «no es legalmente posible» con el actual marco legislativo comunitario y que la implementación de esta propuesta obligaría a realizar cambios sustanciales en los tratados europeos. También descartó los «complicados» sistemas de reparto del pago de intereses que conllevaría este tipo de títulos y tachó de «problemática» la volatilidad de los intereses de unos eurobonos.
Si bien la atención de los medios internacionales se ha trasladado en los últimos meses a otros puntos de Europa como Irlanda, Portugal o el Estado español, Grecia sigue siendo escenario de grandes movilizaciones contra las medidas adoptadas por el Gobierno al dictado de la Unión Europea y el FMI. Ayer, Atenas quedó paralizada desde primera hora de la mañana por una huelga de 24 horas iniciada por los trabajadores del transporte público en protesta por las medidas de ahorro del Ejecutivo de Papandreu, mientras que los empleados de los bancos hicieron un paro de tres horas.
Ningún vehículo de transporte público, incluido el que conecta con el Aeropuerto Internacional de Atenas, funcionó desde las 05.00 horas, lo que causó graves problemas en los desplazamientos en la capital.
En otro país europeo, la República Checa, los sindicatos convocaron una huelga y movilizaciones en las que esperaban la asistencia de hasta cien mil trabajadores, por lo que se considera la mayor movilización sindical en veinte años. El acto de protesta estuvo dirigido contra las medidas de ajuste iniciadas por el Gobierno de centro derecha liderado por Petr Necas. GARA
La Comisión Europea (CE) consideró ayer que el presupuesto de Irlanda para el próximo año está en línea con los compromisos de austeridad del Gobierno y sostuvo que el recorte será «duro pero necesario» para recuperar la estabilidad. El proyecto de presupuesto de Dublín, que el martes pasó el primer examen parlamentario, prevé un ahorro de 6.000 millones de euros mediante una subida de impuestos, reducciones en las prestaciones sociales y recortes de los sueldos.
El portavoz de Asuntos Económicos de la CE, Amadeu Altafaj, dijo las cuentas son una herramienta «ambiciosa e indispensable» para remediar la situación del país, que obtendrá unos 67.500 millones de euros de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque tendrá que pagarles un 5,8% de interés.
Al respecto, el ministro de Finanzas de Irlanda, Brian Lenihan, descartó que el país entre en una situación de suspensión de pagos, e incluso apuntó a que podría volver a los mercados de deuda en 2011. «No está descartado que Irlanda regrese el próximo año a los mercados de deuda», aseguró Lenihan en una entrevista concedida al diario «Les Echos». GARA