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Una labortana, octava víctima mortal de la violencia machista en 2010

Una mujer de 68 años, natural de Arbona, se ha convertido en la octava víctima mortal de la violencia machista en Euskal Herria. Falleció hace doce días pero la autopsia ha revelado ahora que fue estrangulada. Su marido ha sido arrestado. Esta noticia ensombreció aún más las protestas desarrolladas ayer por la muerte de Cristina Estébanez. El joven que la acompañaba cuando murió evoluciona favorablemente y ha sido trasladado a planta en el Hospital de Cruces.
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Oihana LLORENTE |

Sin tiempo de asimilar la muerte de Cristina Estébanez, ayer se conocía que una mujer de 68 años de edad y natural de la localidad labortana de Arbona había muerto presuntamente a manos de su compañero.

La muerte se produjo la noche del 28 al 29 de noviembre pero la autopsia realizada después, reveló que se produjo por estrangulación. Ante estos indicios se ha abierto una investigación judicial de la que se encarga la brigada de la Gendarmería y que, como se conoció a ayer, el miércoles procedió a detener al marido de la víctima. Este vecino de Arbona, de 65 años, ha sido arrestado por «homicidio voluntario contra su cónyuge».

Concentraciones en la calle

Sin tener conocimiento de que la violencia patriarcal se había cobrado su octava víctima mortal en lo que va de año, la plataforma de Euskal Herria para la Marcha Mundial de las Mujeres trasladó la denuncia por la muerte de Estébanez a distintos puntos de la geografía vasca.

El hecho de que la joven hubiera denunciado a su agresor un mes antes y que sobre éste pesara una orden de alejamiento, que como es obvio quebrantó, ha dejado en evidencia la nula efectividad de las medidas que las instituciones ponen a disposición de las mujeres. De este modo, las protestas se convirtieron en altavoces para reclamar medidas eficaces para erradicar la violencia que se ejerce contra las mujeres.

Argitan, el centro asesor para la mujer de Barakaldo, cree que la muerte de Estébanez ha dejado entrever «la falta de coordinación» entre las distintas instituciones que trabajan alrededor de la denuncia, como son los ayuntamientos, la Ertzaintza o el ámbito judicial.

Estébanez, según los datos que se han conocido tras su muerte, interpuso una denuncia por amenazas el pasado 7 de noviembre. Ahora se ha sabido, sin embargo, que el agresor no sólo la amenazaba, sino que había llegado a agredirla en más de una ocasión y que la joven se había visto obligada a abandonar su localidad durante un largo periodo de tiempo. Estos elementos no parece que fueron tomados en consideración en la evaluación de riesgo que realizó la Policía autonómica.

Después de interponer una denuncia de este tipo, la Ertzaintza realiza un estudio de riesgo con el que se decide que medidas de protección ofrecer a la víctima, que en el caso de Estébanez se limitaron a un seguimiento periódico de llamadas y a una orden de alejamiento que fijó el juez y que, como se ha comprobado, fue quebrantada.

El protocolo interinstitucional, que se pone en marcha nada más darse la denuncia, hace que el ayuntamiento más cercano a la víctima conozca el caso, según explicó Argitan a GARA. El Área de Igualdad del Consistorio de Barakaldo, como se ha desvelado después, le ofreció asistencia sicológica y acudir a una casa de acogida, oferta que declinó la joven.

Argitan, como lo hizo la izquierda abertzale de Barakaldo, denuncia que el Ayuntamiento haya decidido salir al paso dando a conocer esta información que considera de carácter privado. Censura que «además de echar balones fuera, se está culpabilizando a la víctima».

Poco tiempo

Tras la muerte de Estébanez, la mayoría de las instituciones han aceptado que «algo ha fallado» e incluso el Ararteko ha abierto una investigación al respecto. La máxima responsable de la Oficina de Atención a las Víctimas de la Violencia de Género, dependiente de Interior de Lakua, se excusaba, sin embargo, apuntado que habían contado «con muy poco tiempo».

Argitan ha mostrado su enfado ante este tipo de declaraciones y ha advertido que «la reacción de las instituciones en la protección tiene que ser urgente y efectiva; y las órdenes de alejamiento inmediatas y reales». Tras recordar que tanto la casa de acogida como el seguimiento telefónico ofrecido están dirigidos a la mujer y que por tanto afectan en su calidad de vida, demandó que no sean las mujeres las que paguen las consecuencias de las medidas.

Argitan, que forma parte de la coordinadora de grupos de mujeres de Ezkerraldea y Meatzaldea, llevará la denuncia esta tarde a la calle. Será a las 19.00 en la plaza Bide Onera de Barakaldo y una hora más tarde, frente a la iglesia de Cruces, donde se celebrará el funeral por Cristina Estébanez. Asimismo, la plataforma Eskuz Esku, integrada por 24 organizaciones formadas en su mayoría por personas inmigrantes y refugiadas, también ha denunciado esta muerte.

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