El tribunal de excepción español ha absuelto a Otegi, Permach y Álvarez por el acto de Anoeta y a la prensa de la derecha la cosa le ha parecido fatal. Pero fatal, fatal...

El «Abc» le dedicó un editorial al caso en el que reconocía sus limitaciones intelectuales: «cuesta entender que la Audiencia Nacional haya absuelto a Otegi, Permach y Álvarez». Y es que, según el editorialista, «el argumento de que no está probado que los acusados organizaran personalmente el acto, en el que se gritaron vivas a ETA y se exhibieron fotos de apoyo a los presos, es jurídicamente endeble».

O sea que la falta de pruebas no es razón de absolución en su democracia. Bueno es saberlo.

También «El Correo Español» editorializaba sobre el asunto y, aunque se lamentaba por la absolución de quienes nunca debieron ser juzgados, se lamía las heridas: «La obligada sujeción del tribunal a Derecho absuelve a los acusados; pero la Audiencia constata que en el acto de Anoeta se produjeron hechos que pudieran ser constitutivos de delito de enaltecimiento o justificación del terrorismo».

La pena que tienen es no haber cazado a los culpables.

Como cabía esperar, también en «El Mundo» dedicaban pieza a la sentencia. Y el editorialista de Pedro J. Ramírez le daba la vuelta al calcetín para demostrar que siempre tienen razón: «La absolución de Arnaldo Otegi en el juicio que se ha seguido contra él por enaltecer el terrorismo en el mitin de Anoeta celebrado en 2004 demuestra que el Estado de Derecho funciona también para los terroristas y quienes les apoyan».

No me digan que no es para mondarse de risa. Pues hay más: «El malestar del Foro Ermua, la AVT, los sindicatos policiales y el PP -que ha pedido al fiscal que recurra la sentencia- es comprensible, pero precisamente esta absolución legitima más si cabe las condenas anteriores al ex portavoz de Batasuna... y las que puedan llegar en adelante».

Otro que avisa a los navegantes.

Como Rubalcaba.