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De la Iglesia convirtió Tabakalera en un circo en el preestreno de su «Balada triste»

Tras pasearla por diferentes festivales, Álex de la Iglesia aterrizó ayer, casi sin haber dormido, en Donostia para el preestreno de su última y peculiar película, «Balada triste de trompeta». Y para más ambientación, Tabakalera se disfrazó de circo «viejo y decadente».
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Maddalen LARRINAGA | DONOSTIA

Doscientos jóvenes guipuzcoanos fueron los afortunados que asistieron anoche al preestreno de la última película del bilbaino Álex de la Iglesia titulada «Balada triste de trompeta». La película llegará a las salas comerciales el 17 de este mismo mes. Metido en plena promoción, el también presidente de la Academia de cine española acudió a la vieja fábrica de tabacos Tabakalera convertida en un circo. Una cara gigante de payaso daba la bienvenida a los visitantes que, a través de su gran boca, accedían a la sala de proyección.

De la Iglesia se acercó a Donostia para el preestreno de «Balada triste de trompeta» después de haberla presentado en festivales como el de Venecia o el de Toronto, donde consiguió críticas encontradas: a tenor de lo leído parece que o se ama la película, o se odia. Vino acompañado de dos de los protagonistas: Carolina Bang (con quien trabajó también en su serie televisiva «Plutón») y Carlos Areces («Spanish Movie»). Según explicó ayer, decidió esta fecha y lugar con el fin de «fastidiar» al nuevo director de Zinemaldia, José Luis Rebordinos. Y es que, según decía entre bromas el bilbaino, «fuera Kursaal, fuera Festival, aupa Tabakalera».

«El marco no puede ser más incomparable», decía el director. Y es que la vieja fábrica de tabacos de Donostia se convirtió para la ocasión en un viejo circo acorde con la temática de la película. «Estrenamos a la vieja usanza, en una pantalla de pueblo, porque quiero que se vea en un entorno familiar. Será un proyección casera. Lo hemos pedido en `mono', pero no ha podido ser».

A pesar de que el autor describe su trabajo como «circense y payasesco», este film no trata sobre el circo. «Es una película muy extrema y este entorno -refiriéndose a Tabakalera- lo hace más grotesca. Es muy dolorosa, políticamente muy incorrecta y dramática», ya que, no hay que olvidar, que lo que se proyectó ayer fue una historia de amor: «El film es de amor, de horror y de humor».

Desde los ocho años

El largometraje está ambientado en los últimos años del franquismo, en los tiempos previos a la llamada transición española donde dos payasos, uno «triste» y el otro «tonto», están enfrentados por el amor de una trapecista, interpretada por Carolina Bang. Así, la historia estará ubicada en dos momentos diferentes: por un lado en el reclutamiento de uno de los payasos para luchar con el bando franquista durante la Guerra Civil en 1937 y el otro en la década de los 70, donde surgirá ese triángulo amoroso.

Sobre ese fondo histórico, De la Iglesia aclaró que habla sobre las cosas que le preocupaban cuando sólo contaba con 8 años: «Los años que han hecho mi carácter como es», reconoció. «Recuerdo esos años por lo alucinatorio que era todo. Había un desconcierto moral increíble: el presidente del gobierno voló por los aires (se refiere a Carrero Blanco), algunos lloraban mientras otros brindaban con champán. En Bilbao había una sensación de guerra tranquila y había una gran violencia, pero estaba aceptada. Todo lo que les rodea a los tres es lo que yo tenía en la cabeza, un pasado que no podemos ni debemos olvidar». Además, con este proyecto el también director de la Academia de cine española ha querido exorcizar «los monstruos, ponerlos delante, sacar los cráneos a la palestra y jugar con ellos».

Después de la proyección, se organizó una fiesta en la misma fábrica para los asistentes afortunados que pudieron ver en primicia este nuevo y controvertido título. Durante la madrugada se pudo disfrutar de la música de Guille Milkysay (La casa Azul). Respecto al repertorio musical de anoche, el DJ confesó que «venir a ambientar una fiesta después de una película que no has visto es muy difícil», pero dio a entender que empezaría con la música de los 80 hasta la de hoy en día.

DESDE VENECIA

Tras haber ganado el León al mejor guión y plata a la mejor dirección en el Festival de Venecia, Álex de la Iglesia preestrena su «Balada triste de trompeta» fuera del Zinemaldia. Llegará a las salas comerciales el día 17, viernes.

Dos escenarios, una pantalla «casera» y un DJ

La vieja fábrica donostiarra de Tabakalera se convirtió ayer por la noche en un viejo circo, donde los payasos y las sillas de madera se aúnaron para ser testigos de la última película de Álex de la Iglesia, «Balada triste de trompeta». Así, gigantescas y oscuras caras de payasos dieron la bienvenida a los 200 jóvenes que, por medio de Gazte Kutxa, consiguieron sus entradas dobles. En el interior de la fábrica pequeños puestos de venta ambulante, cojines y telas de cortinas decoraron y dieron calidez a las altas y frías paredes.

La película se proyectó en una pantalla gigante entre telas de colores y estrellas típicas del circo. Y, a continuación, en el ala de al lado, la música y el baile apaciguaron al gran payaso de la entrada.

M. L.

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