El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no obtendrá la confianza en la votación de la moción de censura a la que se someterá mañana en el Parlamento, según destacó ayer su anitguo aliado, el presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini.

«No tengo una bola de cristal, pero creo que Berlusconi no tendrá la confianza», declaró durante una emisión de la televisión pública RAI3. «Nos encontramos en una situación de crisis política del Gobierno actual», añadió.

«No nos fiamos de las palabras de Berlusconi, por todo lo que ha dicho estos últimos años, y ahora necesitamos hechos», dijo el dirigente de la nueva formación derechista FLI.

«El objetivo del presidente del Gobierno no es gobernar, sino ganar su partido personal con unas elecciones anticipadas, aunque no sabe qué hará pasado mañana», añadió Fini.

«Si a Berlusconi no le importaría solo él mismo, habría abierto un nuevo periodo presentando su dimisión», insistió Fini.

«Si lo moción de censura no se impone, nos encontraremos en presencia de un Gobierno que intenta sobrevivir. No será un Gobierno estable, sino un Gobierno que vegeta», predijo.

Preguntado por quién debería suceder a Berlusconi en el caso de que dimitiera, Fini respondía que «esta es una prerrogativa del Jefe del Estado», el presidente de la República, Giorgio Napolitano.

En caso de que Berlusconi dimita, «debería sucederle otro gobierno de centroderecha», se limitó a señalar. «El centroderecha merece algo que sea mejor que el populismo de Berlusconi y de su aliado Umberto Bossi [líder de la Liga Norte», añadió Fini, que hasta hace poco compartió la coalición derechista con ambos.

Berlusconi dispone, gracias a la Liga Norte, de una mayoría amplia en el Senado, pero desde la fuga de los partidarios de Fini, que abandonaron el Popolo della Libertà para crear su propia formación, se encuentra en minoría en la Cámara de Diputados.