El Alavés regresó a lo más alto de la tabla sin mucha brillantez, pero eso sí, exhibiendo una pegada a la que se aferra cada vez que el juego de los gasteiztarras se bloquea. Ayer no desplegó un gran fútbol el conjunto blanquiazul ante el colista del grupo, y pese a no disparar entre los tres palos fueron capaces de sumar los tres puntos en juego tras anotar dos tantos en las que prácticamente fueron sus únicas ocasiones de gol. Además, los babazorros se mostraron seguros en la línea de atrás y eso bastó para frenar a un Guijuelo incapaz de crear peligro en las inmediaciones de la portería que defendió Montero.

Los alaveses encarrilaron pronto el partido tras adelantarse en el minuto ocho merced a un gol de Calderón, que aprovechó un error de Tejedor, en la que sería la última oportunidad en toda la primera parte.

El tempranero gol sirvió al Alavés para jugar muy tranquilo. Cerró filas en torno a su portería y cedió el control del esférico a un Guijuelo que reaccionó bien tras el gol y que trató de llegar a la portería vitoriana. Así, ya en el minuto 15 pudieron empatar los locales en una buena jugada entre Romero y Txoperena, pero por suerte Garban no pudo llegar al centro por muy poco.

Geni, sentencia

Los locales aprovecharon las jugadas a balón parado para colgar balones y crear algo de peligro en la área de un Alavés que se mostró muy bien plantado y seguro en defensa, pero que no arriesgó nada en ataque. Tras el descanso, el Guijuelo salió muy enchufado en busca del gol del empate. Pero cuando más sufría, el Alavés volvió a hacer gala de su efectividad y rapidez, y anotó el 0-2 que finiquitaba el partido. Calderón se fue por la banda izquierda y su centro medido lo aprovechó Geni para subir el segundo al marcador y dejar prácticamente sentenciado el encuentro.

A partir de ahí, todo volvió a su cauce. El Alavés se cerró atrás, mientras el Guijuelo intentó recomponerse y reducir distancias. Sin embargo, fueron los blanquiazules quienes tuvieron la ocasión de marcar el tercero en un disparo de falta de Salcedo que paró Montero.