A pesar de contar con sólo siete meses de edad, y ser ajena a la vorágine vivida ayer en el Atano III donostiarra, la pequeña Arhane Martínez de Irujo se caló ayer su segunda txapela individual en los orgullosos brazos de su padres Juan, sin duda uno de los pelotaris más grandes de la historia. Casualidad o no, la pequeña y risueña Arhane ha llegado a este mundo en el momento más dulce de juego de su aita que, con 4 Manomanistas, 3 Parejas y 2 jaulas, se ha labrado, con sólo 29 años, uno de los palmareses más brillantes de la historia de este deporte.

Y es que, la llegada de Arhane parece haber dotado al pelotari de Ibero de ese equilibrio y esa serenidad que tantos echaban de menos. Porque, sin perder ni un punto de ese hambre de títulos, de esa explosividad, esa chispa y ese poder con el que somete a todos y cada uno de sus rivales, el delantero de Aspe ha alcanzado un nivel de juego que le permite levantar situaciones tan adversas como ese 7-0 adverso que se encontró nada más arrancar la final. Lejos de perder la cabeza, el de Ibero supo esperar su momento y, en un frenético partido, estuvo mucho más serio y entero que un Abel Barriola que tuvo que conformarse con otro subcampeonato que, debe ser un orgullo por su trayectoria, pero que suma una muesca más en su extenso currículo de finales perdidas.

Y eso que el comienzo del partido siguió un guión que ni el más optimista de sus seguidores hubiera soñado. En un abrir y cerrar de ojos, el zaguero de Leitza se colocó con un 0-7 a su favor, con el saque como principal aliado. Aprovechando la brillantez de un suelo pulido por el paso del tiempo, Barriola conectó pelotazos que superaron los 115 kilómetros por hora, ante los que Martínez de Irujo poco o nada pudo hacer. Con cuatro tantos conseguidos con el pelotazo inicial, el de Leitza se colocó en una situación casi hasta más favorable de la que tuvo en la liguilla en Iruñea.

Reacción inmediata

Sin embargo, en el primer tanto realmente peloteado de la final, Abel Barriola tuvo a su merced a su rival, que llevó tres pelotas imposibles que tuvo el premio de su primer tanto tras la pelota pasar por encima de la cabeza del zaguero de Leitza.

Más entero

Cuando el resto de sus argumentos no han sido capaces de romper el partido, Martínez de Irujo tiene la ventaja de que el frenético ritmo que impone a los partidos termina por minar a todos sus rivales, mientras que su físico le permite incluso meter un par más de revoluciones. De esta manera, el de Ibero llegó mucho más entero a la recta final del partido, en la que fue capaz de tirar de repertorio y conectar preciosos ganchos, dejadas y dos paredes.

Además, mientras el colorado fue incrementando su nivel, Abel Barriola cometió errores como un par de pasas y una falta de saque que terminaron con las pocas opciones que le quedaban. Un buen dos paredes que Abel Barriola no pudo levantar desde el ancho confirmó con la txapela que más se le ha resistido, que Martínez de Irujo ha alcanzado un nivel fuera del alcance de todos los demás.