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Mercromina en el momento justo
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Amaia U. LASAGABASTER I
Todas las victorias son bienvenidas, pero como los animales de Orwell, algunas lo son más que otras. La derrota de Anoeta había hecho mucho daño en el Athletic. Ponía fin a la excusa de los «grandes» como justificación a las derrotas lejos de San Mamés y volvía a forzar al equipo a ganar, sí o sí, en su estadio. Peores aún parecían las consecuencias anímicas, con un ambiente muy enrarecido en los últimos tiempos y las dudas en torno a sus opciones multiplicándose. Pero el Athletic volvió a encontrar mercromina en el botiquín de casa y las heridas siguen sin necesitar puntos. Hay que ver lo que puede suponer una sola victoria. Quizá la de ayer baste para que se vuelva a hablar de la bondad del calendario próximo, se ensalce el juego que es capaz de desplegar el equipo, aunque sea a cuentagotas o se vuelva a ver la vista al Levante como una oportunidad y no como una amenaza. Con un poco de suerte, la mercromina llegó en el momento justo.