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El partido fue un monólogo de un Barcelona que lleva 26 goles a favor y ninguno en contra en sus últimos seis partidos oficiales

Un equipo de otra galaxia

La Real hizo todo lo que pudo, pero eso no le impidió ser superada con una absoluta claridad por un Barcelona que acaparó el balón y goleó sin necesidad de forzar la máquina nunca. David Villa, Iniesta, Messi (2) y Bojan marcaron los cinco tantos del equipo azulgrana.

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Joseba ITURRIA I

El Barcelona confirmó el pronóstico y se impuso con una superioridad insultante a una Real que hizo todo lo que pudo y se llevó cinco goles sin que su rival necesitara en ningún momento apretar el acelerador. Eso es lo que le sucede ahora a cualquier equipo cuando se enfrenta a un rival de otra galaxia, que juega un fútbol que es muy difícil de frenar porque roza la perfección con el balón y sin él presiona como muy pocos equipos.

Cuando el Barcelona juega a ese nivel, sólo se puede aspirar a perder por el menor número de goles. La Real pudo plantar cara al Real Madrid porque jugó en Anoeta en los inicios de un nuevo proyecto encabezado por Mourinho. Pero visitó al Barcelona, que es el mejor equipo de toda la historia, en su momento más dulce, como lo avalan los 26 goles a favor y ninguno en contra que lleva en los seis últimos partidos y los 21 con los que Guardiola batió ayer su mejor serie sin perder desde que ocupa el banquillo azulgrana.

Para detener la avalancha de fútbol blaugrana Lasarte planteó una forma especial de jugar, con un cambio del 4-2-3-1 habitual por el 4-1-4-1 con Rivas con la misión de intentar controlar a Messi en su nueva posición más centrada y Elustondo y Aranburu por delante con la misión de frenar a Iniesta y Xavi. Además juntó mucho las líneas para no crear espacios entre ellas e intentó adelantar la línea defensiva y presionar arriba cuando el Barcelona iniciaba su juego.

Además la Real salió con valentía y en los primeros cinco minutos buscó el ataque, pero a partir de ahí los azulgranas se apropiaron del balón y no lo soltaron. Fue un monólogo. A pesar de ese buen arranque, en el primer tiempo la posesión del balón fue de un 75% a un 25% y en el cómputo general del encuentro llegó hasta el 81%. Con esos números sólo se puede estar a merced del Barcelona.

Los azulgranas siempre encuentran cerca un compañero que está libre para pasarle, la mayoría de las ocasiones al primer toque, a ras de suelo y con pases cortos. No es que la Real no pudiera recuperar un balón, no podía ni hacer una falta.

Además recibió pronto el gol de David Villa, la bestia negra de la Real, que con su gol tempranero vino a indicar que sacar algo del Camp Nou iba a ser imposible. A partir de ahí se trataba de caer con dignidad y de sufrir. Porque los realistas decían que era un partido para disfrutar, pero medirse contra este Barcelona es una agonía absoluta por su superioridad. Es un ejercicio constante de correr por correr para no llegar a ningún sitio.

Los artistas, de laterales

Por mucho que la Real intentara jugar con valentía, Xabi Prieto y Griezmann jugaron casi de laterales. Guardiola coloca a Pedro y David Villa en las bandas y a Messi más centrado, pero en cuanto llegaba a los últimos metros el canario y el asturiano se metían al área y los extremos eran Maxwell y Dani Alves y los dos artistas que alineó Lasarte dedicaron más energías a perseguirles que a buscar a Valdés.

Si a eso se añade que tampoco los tres medios centros podían recuperar balones por la calidad de los rivales y la rapidez con la que combinaban, se comprende por qué en todo el primer tiempo los blanquiazules sólo pudieron llegar al área de Víctor Valdés en un centro de De la Bella que buscó Joseba Llorente en fuera de juego y en un disparo de Griezmann que no encontró la portería azulgrana. Y en el segundo todavía se llegó menos.

Por contra, el Barcelona enlazaba jugadas de ataque una detrás de otra, aunque hasta la media hora no llegó el segundo gol de Iniesta. Pero ni con el 1-0 se veía ninguna de opción de dar la sorpresa porque cuando un equipo juega así al fútbol no se puede casi ni aspirar a llegar a su área y la única duda es saber cuantos goles se reciben.

Y faltaba el recital de Messi

Y eso que Messi, aunque sí inició la jugada del primer gol, pasaba desapercibido hasta que en el inicio del segundo tiempo entre él y Dani Alves superaron a siete jugadores realistas para que el argentino marcara su primer gol en una acción genial.

A partir de ahí el Barcelona no quiso forzar la máquina y Guardiola dio descanso a Xavi y Pedro y se dedicó más a buscar jugadas preciosistas que goles. Porque no ante la Real, contra cualquier equipo si llega a necesitar meter ocho los mete.

Por eso el segundo tiempo no tuvo más aspectos reseñables que el poco cariño que le tienen a Tamudo en el Camp Nou por su pasado espanyolista y por un gol suyo que costó una Liga al Barcelona y las dos jugadas geniales de Messi. Si en la primera entre él y Dani Alves superaron a siete, en la segunda recibió un balón de Bojan en la izquierda y recorrió todo el área hasta el perfil derecho para marcharse de cuatro realistas y marcar con un toque de sutileza.

Esa jugada reflejó la mentalidad del Barcelona, porque en el minuto 85 presionaba igual y provocó una pérdida de Zurutuza que originó el gol. La segunda genialidad de Messi y el tanto de Bojan fueron una pena porque afearon el resultado. No es lo mismo perder 3-0 que irse a casa con una manita y eso que la Real lo intentó de principio a fin sin bajar los brazos. Pero cuando uno se enfrenta a un equipo que en estos momentos pertenece a otra galaxia no se le pueden conceder los regalos de los dos últimos goles.

Lasarte: «Es difícil decir que defensivamente lo has hecho bien si pierdes por 5-0»

Martín Lasarte llegó cariacontecido a la sala de prensa del Camp Nou, sin querer ser demasiado crítico con sus jugadores pero con la sensación de no haber dado todo lo que el equipo llevaba dentro. «El resultado es elocuente. Perder era una de las posibilidades, pero creo que no dimos la sensación de creer que otra cosa podía ocurrir. Entre semana dije que eso era muy importante, y nosotros no creímos. A bocajarro, también diría que no es lo mismo perder 3-0 que 5-0. El equipo ha ido creciendo en los últimos tiempos, pero todavía nos falta mucho para competir a este nivel», destacó.

Aunque la mayoría de preguntas trataron sobre el juego y los jugadores del Barcelona, Lasarte tuvo tiempo para comentar que «no es consuelo» el gran estado de forma del rival. «Cada uno hace lo que puede. Incluso perdiendo 3-0, no le dimos al partido la impronta que este equipo suele tener. Me duele que en dos minutos recibieramos dos goles en dos fallos tontos y perdieramos por 5-0. Tenemos muchos jugadores jovenes, que vienen de Segunda... Pero tenemos que pensar que es el máximo nivel, que no hay nada más dificil en el fútbol hoy en día. No obstante creo que algo más se podia hacer».

Preguntado por el trabajo defensivo del equipo, a Martín Lasarte se le escapó una pequeña sonrisa. «Es difícil decir que defensivamente lo has hecho bien si pierdes 5-0. Pero entiendo el argumento. El fallo puede estar en que parecía que estábamos pidiendo permiso para meter la pierna, y eso a veces sucede. Y eso hace crecer la diferencia que ya existe entre los dos equipos. Lo pudimos haber hecho mejor, pero contra equipos que tienen tanta calidad es difícil». GARA

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