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NBA

Dirk Nowitzki vuelve a dar forma a los Dallas Mavericks

La franquicia de Texas mantiene una impresionante racha de 12 victorias consecutivas gracias a un viejo proyecto que vive su segunda juventud.

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Izkander FERNÁNDEZ

Ni en los mejores sueños de Mark Cuban. Dallas Mavericks resurge en un momento en el que su proyecto deportivo parecía saqueado. Al igual que otro de sus vecinos de Texas, San Antonio Spurs, los Mavs renacen sin variar en absoluto las bases sobre las que siempre se ha asentado su propuesta. Dirk Nowitzki es el centro sobre el que todo gira en Dallas. Si Cuban, el propietario del equipo, es el JR de Dallas, Nowitzki es el mejor bueno que jamás tuvo una serie de televisión.

Resulta que Mark Cuban llega a Dallas en 1982. Su familia ya tenía pasta pero a Cuban se le dan bien los negocios. Empieza como tendero, pasa a comercial y pronto se ve cerrando tratos multimillonarios. Pionero en el mundo de los negocios informáticos y en las empresas punto com ve cómo su fortuna crece hasta límites insospechados.

Así que llega el día en el que Cuban decide que no van a ser todo negocios feos de despacho y maletín. Compra la franquicia NBA de los Mavericks en 2000 por 285 millones de dólares y convierte su cancha en poco menos que su sala de estar. Cuban está empeñado en llevar su éxito en los negocios al campo deportivo e invierte mucho dinero, tiempo y sudor en que Dallas vea su primer título de baloncesto profesional.

Bien, una temporada antes de la irrupción de Cuban en Dallas, Dirk Nowitzki, jugador de un equipo de la segunda división alemana es drafteado por Milwaukee Bucks en el número nueve, pero es directamente traspasado a los Mavericks. 213 centímetros, puede jugar de tres, de cuatro y de cinco, y lanza desde cualquier posición con una naturalidad sorprendente. Un robo del draft en toda regla que incomprensiblemente termina en Dallas.

Los caminos de Cuban y Nowitzki se unen y no se separan hasta el presente. El desenfadado dueño de los Mavericks ve al alemán como su piedra angular y trata de rodearlo de una plantilla solvente. No escatima en medios y pronto llueven las primeras críticas hacia su forma de ver el juego: se le acusa de aportar extras al dinero de los fichajes para que los jugadores se decanten por Dallas.

No es ésa la única excentricidad de Cuban. El multimillonario quiere ser amigo de sus jugadores, ve los partidos sentado bajo la canasta y es amante de las tanganas. De las de verdad, salta a la cancha para separar a sus jugadores y recibe una multa considerable, y de las de mentira, se ve envuelto en algún teatro de la lucha libre americana.

La simbiosis entre Nowitzki y Cuban desemboca en una final absoluta de la NBA, la primera en la historia de los Mavericks. Fue en 2006 pero Miami Heat, Pat Riley y Dwyane Wade se cruzan en su camino. Chasco, desolación y un cambio de propósitos cuyos frutos no parecen llegar finalmente hasta la presente campaña.

Dallas suma doce victorias consecutivas y es el segundo mejor equipo de la competición (19 victorias por 4 derrotas) tras los Spurs de San Antonio. Los actuales campeones, Los Angeles Lakers, están a tres partidos y en el Este sólo Boston Celtics aguanta el tirón.

Dirk Nowitzki tira del carro de nuevo, con efectividad y es de suponer que Mark Cuban vuelve a soñar con triunfar en los negocios. Pero en los otros negocios. Los divertidos.

Anotación

Dirk Nowitzki es el líder de Dallas Mavericks en el aspecto anotador y uno de los cañoneros de la liga con 25 puntos por partido y un porcentaje de acierto levemente superior al 56%.

Efectividad

En su actual racha de imbatibilidad han derrotado a Atlanta Hawks, Miami Heat, San Antonio Spurs y Utah Jazz, auténticos gallitos de la competición y aspirantes a casi todo.

Una plantilla algo corta pero muy compensada

Está claro que el referente es Nowitzki pero Dallas tiene mucho y bueno donde elegir en su plantilla. El quinteto titular está compuesto por Jason Kidd, DeShawn Stevenson, Caron Butler, Nowitzki y Tyson Chandler. Stevenson es el que menos juego absorbe pero Butler asume con normalidad el rol de anotador cuando Nowitzki se atasca y Kidd sigue su espectacular carrera de gran pasador como si no pasasen los años. La cuestión es que la segunda unidad de los Mavs no es una segunda unidad excesivamente completa pero tiene dos bombas de relojería como Jason Terry y Shawn Marion, que siempre ayudan en anotación haciendo de Dallas un equipo difícil de parar en ese aspecto. José Barea es un buen reemplazo para Kidd en el puesto de organizador. Ahí se acaba lo bueno. Dos cincos, Haywood e Mahinmi, y un sustituto natural para Nowitzki, Brian Cardinal, se antojan escasos para competir toda la temporada.

I.F.

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