Los sindicatos y las distintas entidades que integran Banca Cívica constituyeron ayer la mesa encargada de negociar el reordenamiento de la plantilla del grupo formado por Caja Navarra, Caja Canarias y Caja Burgos y al que se ha integrado recientemente Cajasol. En la mesa habrá cinco representantes de CCOO y cinco de UGT, dos de CSICA, uno del sindicato SEA, otro de GTB y otro de CGT, así como uno de LAB y otro de ELA.

Esta mesa valorará la propuesta de recorte de plantilla que el viernes presentó Banca Cívica y que barajaba fórmulas, como prejubilaciones, suspensiones de contrato, reducción de jornada o bajas incentivadas, que afectarán hasta a 1.100 trabajadores.

La incorporación de Cajasol añade dudas sobre la solvencia del grupo, toda vez que la agencia de medición de riesgos Fitch ha rebajado la calificación de la deuda a largo plazo de Cajasol desde «A-» a «BBB» y la sitúa en perspectiva negativa como consecuencia del deterioro de la calidad de sus activos, debido a la crisis del sector inmobiliario y a su necesidad de aumentar provisiones para las insolvencias. Fitch sitúa la calificación de la deuda a corto plazo de Cajasol en «F3».