Maite SOROA
Las altas cumbres del disparate
Si creían haber leído todo lo que se puede escribir por el Reino de España en clave de disparate, estaban muy equivocados. Ayer en «La Gaceta» del Grupo Intereconomía, la columnista Gabriela Bustelo nos regalaba una pieza superior. No se la pierdan.
Según la escribidora, «los etarras actúan como seres superiores, porque el Gobierno se lo ha hecho creer». ¡Anda la osa! ¡Qué pensará Rubalcaba sobre esto!
Y es que la cosa pinta rara porque, según Bustelo, «hoy los presos etarras ya ni intentan fugarse de la cárcel, porque están mejor dentro que fuera. Cómo serán de privilegiados que los presos comunes les odian, pero no por su sanguinaria trayectoria, sino por la vidorra que se dan. Muchos tienen celdas individuales y abundantes días de visita, pero se niegan a acudir a los centros de trabajo o zonas comunes de la cárcel. Actúan como seres superiores, porque este Gobierno les ha hecho creer que lo son. Cuando se niegan a obedecer el reglamento, no les sucede nada. A los presos comunes, en cambio, los encierran en módulos de aislamiento. `Los etarras exigen un trato especial', dicen los funcionarios de prisiones. Pero hay órdenes de tenerlos contentos». Si no fuera un sarcasmo doloroso, movería a carcajada, ¿no les parece?
Y el asunto empeora cuando la columnista de Intereconomía constata que «ahora la Audiencia Nacional, en un arrebato de talante, ha absuelto a Otegi. Y el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria va a permitir que la novia etarra del asesino de Lluch siga con su costoso tratamiento de fertilidad. Traslados mensuales, atención médica personalizada, complicadas punciones. Miles de euros».
Después del recuento de datos, no se extrañen de que Gabriela llegue a conclusiones estrambóticas: «Así sucede que algunos jóvenes vascos prefieren la estimada vida de un terrorista a la triste existencia de un parado. Lo raro es que ZP no haya abierto universidades de Nacionalismo, facultades de Terrorismo y posgraduados en Condenas Reducidas». Es lo que hay... en España.