Iñaki Ruiz de Eguino convierte sus esculturas en algo más que objeto estético
El claustro del monasterio de San Salvador de Urdazubi se ha convertido en importante lugar de exposición. Desde principios del verano pasado Iñaki Ruiz de Eguino expone sus «Caligcromías», esculturas de formato medio y pequeñas maquetas, además de una serie de pinturas hasta ahora inéditas. Ayer presentó dos esculturas de gran tamaño que se suman a las obras situadas en el claustro del monasterio y que se podrán disfrutar durante un año.
Maddalen LARRINAGA | URDAZUBI
Los meses estivales han sido provechosos para el artista Iñaki Ruiz de Eguino que ha expuesto sus «Caligcromías» en el monasterio de San Salvador de la localidad navarra de Urdazubi. Este «singular» museo se está convirtiendo en referente dentro del mundo del arte, además de un escaparate para que diferentes artistas puedan mostrar sus obras.
«La exposición ha ido muy bien. En principio han pasado cerca de 9.000 personas», explicaba contento el autor. «Caligcromías» lleva en el monasterio todo el verano y parte de ella se quedará allí durante cerca de un año más. Y es que Ruiz de Eguino ha sumado dos obras más: «Levántate», con un peso aproximado de 3.000 kilos y realizada en hierro que se encuentra en la zona exterior, y «El nacimiento del cubo», de unos 450 kilos que ocupa un espacio preferente en el interior del claustro. Además, junto a las obras de Ruiz de Eguino se podrá disfrutar de obras de diferentes artistas como es el caso de Jose Luis Zumeta.
Diedro y volumen
«Levantate» es una obra que está configurada por dos grandes planos abiertos desde su base e incorporados, que apenas se tocan para mantenerse erguidos. Estos planos van despegándose del suelo para mantenerse incorporados, de ahí el título: «Levántate». «Es un canto a la dignidad humana», dijo el escultor. «Están hechos en hierro porque el monasterio de Urdax tenía una relación con la explotación de las ferrerías. Lo he hecho así recordando la historia del monasterio; quería volver a rememorar la historia de Urdazubi en lo que a la ferrería se refiere. Es relacionar la parte artística con la histórica y social del Baztan y de Urdazubi», explicó Ruiz de Eguino.
Por otro lado, en el jardín del claustro se colocó otra pieza titulada «Nacimiento del cubo», un volumen alegórico que tiene inscrito un pequeño cubo para que pueda ser atravesado visualmente y que pesa 450 kilos. «El cubo pequeño permite que entendamos que el espacio es único, ya que a ambos lados el `muro de acero' produce sólo, circunstancialmente, una ocupación material».
Iñaki Ruiz de Eguino, aunque su campo sea la escultura, nunca ha abandonado la pintura, y es que, según confesaba: «Trabajar la pintura supone para mí un aislamiento, una pausa en mi ocupación como escultor. Desde los primeros años setenta he trabajado simultáneamente la pintura y obras tridimensionales».
La «unicidad espacial»
En su larga carrera Ruiz de Eguino ha trabajado el expresionismo abstracto, después le llegó el interés por el espacio, la geometría y la aplicación de ésta en la escultura. Pero, la base o el fundamento de su trabajo estético en la «unicidad espacial», donde aborda distintos caminos sin renunciar en cada momento a lo creativo e intuitivo. «Hace tres años me impuse ahondar en las posibilidades de materializar esa idea compleja de `unicidad espacial' en pintura. En la escultura trabajo en ello desde los años ochenta». Así, fruto de toda esa investigación nació la colección «Caligcromías». «Las `Caligcromías' son la resultante de una fusión amplia de aplicaciones como la cromoterapia, además de planteamientos `impresionistas' en cuanto a liberar la materia de propiedades como el peso, densidad y transformar la energía en luz pura. Del expresionismo abstracto aplico la relación color-forma acuñada por Kandinsky. Convierto el fondo del lienzo en un espacio que aglutina una combinación cromática y sobre éste trazo de modo explosivo y automático un rítmico tropel de líneas. La `unicidad espacial' adquiere así un sentido al poder percibirse un espacio cromático junto con un entramado de líneas y forma-color».
Lo que el autor quiere transmitir mediante esta colección es «la importancia del espacio único». Y es que en su opinión, nos movemos y existimos en un espacio natural que vamos invadiendo de casas, calles... «obstáculos» que nos distraen de la importancia que tiene el espacio. «Se ha `coloreado el espacio' y la naturaleza. En mi escultura trabajo con elementos mínimos, simples, como es un diedro, permitiendo que la pieza deje en cierta medida de ser un `objeto meramente estético' para que se convierta por ejemplo, en mobiliario urbano.
Además de la exposición de Iñaki Ruiz de Eguino, en el monasterio se puede disfrutar de «50 años de pintura en el País Vasco» que estará abierta hasta el próximo 2 de enero.