Tras la reparadora victoria ante el Khimki de la pasada semana, salvando además el average ante los de Scariolo, el Baskonia consiguió depender de sí mismo e incluso podría dejar en un gran y pesado susto los apuros pasados para entrar en el Top-16. Para ello, se debe dar una carambola nada improbable que pasa por sacar adelante su partido en Kaunas ante el Zalgiris, que el Maccabi gane al Khimki en su casa y que el Prokom caiga ante Partizan, próximo y último rival baskonista en esta primera fase de grupos.

Sin embargo, una vuelta después, el Baskonia sigue en el alambre ya que ha sido incapaz de cicatrizar la grave herida que los lituanos le abrieron en el partido de Zurbano, donde dejaron en evidencia los problemas azulgranas a la hora de cerrar su rebote. Las alarmas interiores saltaron en un partido jugado el 10 de noviembre en un choque en el que, con Begic y Jankunas -que figura como el máximo reboteador de la Euroliga con 7.9 por partido- como estiletes, los de Kaunas capturaron 22 rechaces más que los de Ivanovic, que dio muchos minutos de banco a Barac en su peor partido de la temporada.

Lo peor de todo es que, pese a que el mal está tan localizado, nadie ha sido capaz de hacer nada para frenar esta sangría que tiene al equipo vasco contra las cuerdas. Partizan, con 14 rebotes más, Cajasol con 22 rechaces ofensivos y Bilbao Basket con 17 en ataque, han ido sacando provecho de la endeblez baskonista a la hora de cerrar su zona.

Barac, tocado

Para colmo de males, Stanko Barac -tercer máximo reboteador de la competición con una media de 7-, el único jugador baskonista junto a San Emeterio que está rindiendo en esta faceta del juego, está en Kaunas con su rodilla derecha maltrecha tras el esguince que sufrió el pasado jueves ante el Khimki en un lance fortuito ante Langford. Aunque pareciera precipitado, el pívot croata jugó de titular en el derbi ante Bilbao Basket y es de suponer que, si jugó en Miribilla, sin nada definitivo en juego, lo haga hoy en un choque de tanta transcendencia en el futuro inmediato del club.

Aunque la defensa y la faceta reboteadora no sean su fuerte, la única mejora que el Baskonia ha experimentado en el juego interior desde la visita de Zalgiris a Zurbano es la paulatina adaptación al juego colectivo de Marcus Haislip. El estadounidense, poco a poco está adquiriendo importancia en el juego interior baskonista y, toda ayuda será bienvenida en una batalla interior en la que el equipo gasteiztarra lleva demasiado tiempo concediendo ventajas a unos rivales que son conscientes por dónde tienen que atacar.

Las penurias económicas y la ausencia de cincos específicos, está demorando una incorporación en la que trabajan los directivos azulgranas, a los que recientemente se les ha ofrecido a Pape Sow, cortado por Alicante para dar entrada a un baskonista como Martin Rancik.

Tan desesperada ven algunos la situación interior baskonista -Macvan ha vuelto a dar calabazas a vascos y Maccabi y seguirá en Hemofarm- que el portal de internet tubasket.com publicó ayer que el equipo gasteiztarra ha realizado una oferta a Pops Mensah Bonsu, jugador cuya incorporación fue desestimada en verano por temor al estado de sus delicadas rodillas.