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La austeridad estimula la respuesta social

Los ministros de Finanzas de la eurozona han llegado a un acuerdo, que mañana en la reunión de presidentes y jefes de gobierno del Consejo Europeo aprobarán, según el cual los presupuestos de los estados miembro podrán ser previamente controlados y nuevas sanciones podrán ser aplicadas contra los países laxistas. La austeridad presupuestaria y los recortes sociales se oficializarán así en toda la Unión Europea, sin ninguna consulta ni concertación social. La regresión social estaba ya en marcha en todos los sectores -protección social, jubilación, sanidad, energía...- y en todos los estados. En realidad, la austeridad decretada en todo el continente no es una respuesta para dar seguridad en una situación de crisis. Es el acelerador de una remodelación sin precedentes de la política y de los propios estados para conformarse a las exigencias del capital dominante y de los grandes bancos. No se trata solamente de responder a las previsiones de los mercados financieros, sino de reconstruir el futuro al dictado de sus exigencias.

El argumento de que estas medidas son remedios para nuestras economías enfermas ya no persuade. Keynes dijo que en estos tiempos duros de paro estructural reducir el gasto público y el déficit presupuestario suponía hacer resurgir el espectro de una larga depresión económica. Podrán negar sus lecciones, pero la decisión de convertir conquistas sociales en productos financieros sometidos a la especulación, sin duda, tendrá consecuencias: la globalización y el incremento de la tensión social y la respuesta popular organizada.

Las escenas de miles y miles de manifestantes, de enfrentamiento y fuego en Atenas, Londres, Roma.., las huelgas de Grecia, Estado francés o las habidas en Euskal Herria demuestran que, bien articuladas y en conexión con mayorías sociales, trabajadores, estudiantes y pensionistas no están dispuestos al fatalismo. El futuro de la Unión no se juega sólo entre las paredes del Consejo Europeo. El pulso está servido. Y hay malestar general y músculo social suficiente.

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