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CRÓNICA I LAKUA NO SE QUERELLARÁ CONTRA ERKIZIA

Urquijo y Ares desnudan el uso propagandístico del Parlamento

El consejero de Interior, Rodolfo Ares, anunció ayer que su Gobierno no se querellará contra Tasio Erkizia, pese a que el Parlamento le había instado a tomar medidas judiciales. El promotor de la iniciativa, Carlos Urquijo (PP), se enfadó.

Iñaki IRIONDO

La seriedad del Parlamento de Gasteiz quedó ayer en entredicho. Antes, el 30 de setiembre, ya se habían sembrado las dudas sobre el uso demagógico y pendenciero que de la institución está haciendo el unionismo con su mayoría absoluta.

En aquella fecha, el PP llevó al pleno la propuesta de que la Cámara instara al Gobierno de Lakua a presentar una querella criminal contra Tasio Erkizia por unas declaraciones realizadas en una reunión en Barakaldo. Según algunas noticias, había afirmado que «hay más razones que nunca para la lucha armada, pero menos condiciones objetivas y subjetivas». La frase fue pronunciada en respuesta a otra intervención y para defender la apuesta de la izquierda abertzale por el uso exclusivo de vías pacíficas.

Así se lo pretendieron explicar los portavoces de PNV, Aralar, EA y EB, que suman la representación mayoritaria del voto popular legal en el Parlamento. Pero PP, PSE y UPyD se obcecaron en intentar llevar a Tasio Erkizia ante la Audiencia Nacional, y aprobaron una enmienda transaccional en la que le acusaban de haber hecho «una defensa pública de la acción terrorista de ETA» e instaban a Lakua «al ejercicio de las acciones judiciales que sean pertinentes».

Es preciso destacar que en el discurso que en aquel pleno realizó el portavoz del PSE, José Antonio Pastor, dio por hecho que Erkizia tendría que responder de sus palabras ante los tribunales, sin dejar abierta la puerta a que no fuera pertinente ninguna acción judicial.

«No hay motivo»

El PP ya había llevado con anterioridad otra propuesta de querella al Parlamento. Fue contra un abogado que acusó a la Ertzaintza de torturar, y Rodolfo Ares no tardó ni 24 horas en presentarse en el juzgado. Pero Carlos Urquijo debió ver que esta vez los días pasaban y no había noticias de la querella.

Tenía dos opciones: descolgar el teléfono y llamar a su amigo Rodolfo para preguntarle qué pasaba, lo que quedaría en el ámbito privado, o presentar una iniciativa parlamentaria para que todo saliera a la luz y que cada palo aguantara su vela. El PP eligió la segunda.

Aun así, hay que apuntar que la pregunta se formuló el 22 de octubre y no se sustanció hasta ayer. Tiempo han tenido Urquijo y Ares para que el punto no llegara al pleno.

El consejero explicó ayer ante el Parlamento que su Ejecutivo «no ha emprendido acciones legales porque los servicios jurídicos del Departamento de Interior nos han informado de que no cabía posibilidad alguna de que prosperaran estas acciones judiciales».

Urquijo le respondió que lo hecho le parecía «gravísimo», porque esas dudas de los servicios jurídicos no son suficientes para incumplir un mandato parlamentario y de la «Ley de Víctimas». Le exigió una rectificación y la presentación de la querella aunque fuera para perderla, puesto que Interior ya ha pleiteado en otros asuntos por mantener la posición política del Departamento.

Rodolfo Ares le respondió que si tan grave considera la cuestión, él mismo puede llevarla a los tribunales.

Tres cuestiones

Cuando el Parlamento pidió a Lakua que se querellara contra el abogado y al día siguiente Ares se presentó en el juzgado, es evidente que antes del pleno ya estaban realizados todos los informes y toda la burocracia. La propuesta de Urquijo contra Erkizia le llegó al Gobierno el 30 de junio. Es decir, Interior tuvo tres meses para estudiar el tema hasta que se trató el 30 de setiembre en la Cámara y pudo instruir al PSE de que no lo apoyara porque no había causa. Sin embargo, Lakua y el PSE se apuntaron a los titulares de mano dura y «tolerancia cero».

El PP, por su parte, tiene la posibilidad de solucionar estas cuitas en privado, pero eligió hacerlo con los altavoces de un pleno del Parlamento y escenificar así sus diferencias con Rodolfo Ares.

Y unos y otros, PSE y PP, han sabido siempre que la causa contra Tasio Erkizia no tenía ningún futuro en los tribunales y que además era una manipulación política. Pero no les importó. Prefirieron rebajar al Parlamento por sus intereses propagandísticos.

 

 

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