Fusión en mitad de la tormenta
La Kutxa mostró ayer su disposición para avanzar hacia una fusión de la cajas vascas. Y lo hizo días después de haber manifestado su falta de interés por la «fusión fría» entre la BBK y Vital Kutxa, anunciada como globo sonda y amplificada por los medios afines al PSOE y el PP, que precisamente hicieron fracasar los anteriores intentos de fusión. Con una ley de cajas vascas todavía sin aprobar e inmersos en mitad de la tormenta de la crisis, este nuevo intento de abordar la fusión no puede entenderse por necesidades técnicas, ni como decisión propia y concertada de los órganos representativos. Las cajas vascas tienen la suficiente entidad, solvencia y liquidez como para verse obligadas a apostar el futuro a una carta única. La de una fusión dictada, sin transparencia en el proceso constitutivo y sin explicación sobre cuáles serán sus objetivos económicos y sociales.
El Banco de España, tan hermético en sus decisiones y con instrumentos tan potentes como el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria para diseñar y liderar procesos de reestructuración, incluso en contra de las voluntades de las partes, está detrás de este proceso que puede llevar irremediablemente a la bancarización de las cajas de ahorro. No parece aventurado pensar que el pacto del PNV con Zapatero englobara cláusulas necesarias para avanzar en esta dirección, de modo que, a imagen del antiguo BBV y de la mano del recién creado BBK Bank, tenga por objetivo la creación de un gran grupo financiero vasco de vocación e implantación española. Las prisas con que quiere llevarse a cabo el proceso, por otra parte, no son ajenas a la coyuntura preelectoral y a la posibilidad cada día más real de que el mapa político vasco, y por ende los órganos de decisión de las cajas, puedan dar un vuelco.
Pierdes en control y vocación social, ganas en tamaño y músculo financiero: ése es el dilema que plantea la fusión. La cuestión radica en el para qué. Construir un país socialmente avanzado y económicamente viable necesita ahorro y controlar sus finanzas. Este proceso de fusión ni va en esa dirección ni garantiza ese futuro.