Tras casi tres años de huelga, las trabajadoras de la Residencia Ariznabarra han alcanzado un acuerdo para desbloquear el conflicto con la empresa.

Han sido 34 meses de huelga y movilizaciones para conseguir un acuerdo con la empresa adjudicataria Mapfre-Quavitae. La residencia es propiedad de la Diputación de Araba que -como denunciaron ayer sus empleadas- durante todo el conflicto ha eludido su responsabilidad.

El pacto tendrá una vigencia entre el 2008 y el 2012 y recoge subidas salariales entre el 15% y el 20% en sus cinco años de vigencia, «superando considerablemente los salarios establecidos en el convenio estatal del sector de las residencias» y, por otro lado, «mantienen las condiciones actuales de trabajo», según explicaron ayer las trabajadoras en rueda de prensa.

El acuerdo, que fue avalado por la asamblea de trabajadoras, recogió también mejoras en los pluses de domingos, festivos y antigüedad. La asamblea agradeció las muestras de solidaridad que han recibido en estos casi tres años. Por su parte, ELA, sindicato mayoritario en el comité, valoró positivamente el contenido del acuerdo, al tiempo que felicitaba a las trabajadoras de la Residencia.

Según afirmó ayer la central sindical que dirige Adolfo Muñoz, la «huelga ha sido ejemplar» y demuestra que «si se resiste., somos capaces de ganar»

El proceso de lucha ha sido largo, pero ejemplar según la central sindical. A finales del año pasado, se hizo público que la actual empresa gestora del centro había iniciado una ronda negociadora con la firma Lagunduz, una compañía con experiencia en el sector y de fuera de Gasteiz interesada en el traspaso de las funciones del centro.

Este extremo fue confirmado por la Diputación. Por aquel entonces, los trabajadores de la residencia Ariznabarra acumulaban ya más de dos años de paro y de las 140 plazas con las que cuenta el centro, sólo el 70% estaban ocupadas, ya que la Diputación decidió no enviar más usuarios a la residencia hasta que se solucionase el conflicto laboral. Las negociaciones no avanzaron en 2010. En setiembre, 31 meses después del inicio de la huelga, no se vislumbraba la solución por lo que las trabajadoras reiniciaron las protestas frente a la Diputación.

La plantilla censuró en todo momento la falta de intervención decidida de la Administración foral ante un conflicto que afectaba a una parte de la sociedad alavesa, y siempre insistieron en que la solución al conflicto estaba en la mano del Ejecutivo alavés. En octubre, las trabajadoras instalaron una carpa en la plaza de la Provincia, frente a la Diputación. La plantilla repartió información sobre la crítica situación y desde Juntas Generales se pidió recuperar la gestión de esa residencia.

El diputado general de Araba, Xabier Agirre, valoró ayer de forma «muy positiva» el acuerdo alcanzado entre la empresa Quavitae Bizi Kalitatea y las trabajadoras de la residencia.