Quedará aún una cita por delante, y de categoría, pero el Athletic baja hoy el telón de 2010 en lo que a la Liga se refiere. Y en plena época de balances y revisiones lo hace, precisamente, con la oportunidad de mejorar el apartado en el que peores números presenta.

Tanto que, pase lo que pase hoy en el Ciudad de Valencia, será imposible que esas cifras queden mínimamente lucidas. Pero menos aún lo serán si los rojiblancos mantienen la trayectoria de los últimos doce meses y vuelven de vacío. Porque sólo una vez desde las últimas campanadas han podido levantar los brazos lejos de Bilbo. Fue el pasado 28 de agosto, en la primera jornada de la temporada, cuando se imponían por la mínima al Hércules. Dos semanas más tarde rascaban un punto en Gijón y a partir de ahí vuelta a las andadas. Porque los rivales han sido de órdago, porque los árbitros no han colaborado o, sobre todo, porque el propio Athletic se ha reservado todas sus virtudes para San Mamés, pero lo cierto es que el bagaje lejos de la Catedral es paupérrimo: cinco derrotas consecutivas, con 17 goles en contra -una media superior a tres por partido- y 6 a favor.

Lo bueno es que como el mal no es exclusivo del Athletic, a los rojiblancos les queda algo más que el famoso consuelo de tontos. Y es que una victoria -aunque luego tocaría cruzar los dedos para desear el mal ajeno- podría permitir al equipo bilbaino celebrar las Navidades en posiciones europeas, acabando de un plumazo con los lamentos por la bipolaridad rojiblanca y tiñendo de optimismo el balance anual.

Exigencia

Ese es, evidentemente, el objetivo de Joaquín Caparrós que, de hecho, ayer aseguraba que «tenemos que ser muy exigentes y aspirar a lo que aspiran seis o siete equipos, que es a meterse en Europa», pese a reconocer que para ello no basta con sumar los tres puntos en Valencia «porque el fútbol cambia cada semana. Ganas dos partidos y estás arriba, pero pierdes y vuelves abajo».

Mejor ganarlos, lo antes posible, y acabar de paso con la mala racha a domicilio. «Estamos trabajando en ello y esperamos ser fuertes defensivamente y que también nos acompañe el componente de la fortuna».

Pase lo que pase, el técnico acabará «contento» el año, pese a la decepción que supuso no entrar en Europa.