«Perdonen la palabra, pero estoy jodido». Con esa expresión tan contundente finalizaba el análisis del último encuentro del año de Martín Lasarte. Es probable que el técnico txuriurdin tenga ya otro cuerpo a estas alturas, teniendo en cuenta lo excepcional que ha resultado 2010 para su equipo, pero no es menos cierto que los doce meses se han acabado con unas gotas de amargura.

Por la derrota ante el Valencia, que la Real no mereció, y también por la forma en que llegó, con un error en tiempo de descuento. «Nadie se va a acordar de si fuimos superiores, sino del punto que hemos perdido. Recibir un gol cuando no queda tiempo por delante te genera impotencia», lamentaba Lasarte, pese a reconocer que esas circunstancias también forman parte del fútbol. «El partido no termina hasta que termina y creo que pecamos. Y en el pecado estuvo el error y la derrota».

El empate se encadena a la goleada del Camp Nou -la familia blanquiazul era consciente de cómo se endurecía el calendario en esta recta final del año-, lo que provoca que la Real pierda algunas posiciones en la tabla y amarga ligeramente el turrón navideño.

No debería ser así. El equipo donostiarra se sitúa a sólo cuatro puntos de posiciones europeas y aventaja en nueve puntos a los puestos de descenso, una situación que cualquiera habría firmado a principio de temporada y que suponen un colofón adecuado para doce meses inolvidables. Lasarte estaba tan fastidiado tras el choque ante el Valencia, que ni siquiera quiso entrar en valoraciones, pero sí lo hacían sus jugadores. Por «muy triste» que se le hubiese quedado el cuerpo por haber despedido el año «sin haber podido puntuar antes de las vacaciones», Mikel Aranburu admitía que «la valoración del año es muy positiva. Por cómo acabó la temporada pasada, pero también por cómo ha empezado ésta», destacó el capitán.

Sin Diego Rivas

Lo que le toca ahora mismo al equipo es descansar. Lo hará hasta el próximo 27 de diciembre, cuando Martín Lasarte ha citado a sus jugadores en Zubieta a las 16.00.

El regreso a la competición, si la huelga no pasa de la amenaza, se consumará seis días más tarde en Zaragoza -la Real disputará tres de sus cuatro próximos compromisos lejos de Anoeta-. Un choque para el que Lasarte no podrá contar con Diego Rivas, que vio su quinta cartulina amarilla frente al Valencia, por lo que deberá cumplir un encuentro de sanción.