Raimundo Fitero
En paquete
El lunes a la noche, en La 2, encadenan una serie de programas que, en el papel, forman un paquete, pero que se deben mirar por separado ya que el encadenado no parece, a la vista de los resultados de audiencias, que ayude a valorar cada uno de ellos en su justa medida. Tras Noticias 2, aparece “Miradas 2”, en una de sus multidifusiones, un programa de buen formato, que se acerca a asuntos culturales con agilidad, que pese al deterioro general presupuestario que ha tenido el contenedor, han sabido mantener el espíritu fundacional, se detiene en ofrecer reportajes con espacio y tiempo, cosa que se agradece.
El lunes, concretamente, le sigue “La mitad invisible”, uno de esos programas que tiene personalidad, tono, magníficos guiones que se acercan a artistas, a situaciones muy especiales pero que se tratan de una manera muy especial, logrando que se establezca una excelente simbiosis entre el presentador Juan Carlos Ortega y el entrevistado, entre el ojo del que mira y el observado, y que en el montaje final nos procura piezas de un valor muy por encima de la media de la cadena, y de casi toda la televisión en su conjunto. La Gran Vía madrileña, o mejor dicho el cuadro del mismo nombre de Antonio López era el motivo para acercarse a este gran creador, a este maestro del realismo, a este mago de los pinceles, un hombre que además de sus manos para pintar, de su peculiar forma de mirar y representar la realidad, transmite tanta verdad, tanta humanidad que lo hace un artista inconmensurable. Este es un programa que debería promocionar más TVE, darle más soporte.
En el paquete, o así, va “Ciudad K”, una serie de humor vasca. Sí, guionistas, dirección, reparto son vascos, incluso el fondo de cabecera es Bilbao. Y tiene su gracia. Pero muy condensada. Nos gustó el arranque de su capítulo del lunes que puede ser el último, pero después se abigarraba demasiado caía en ese tono paródico que tanto limita, pero al que parecen irremediablemente abocados los vascos televisivos. Si se miran las audiencias de estos programas, uno solamente puede desesperarse. La 2 se merece más. “La mitad invisible” se merece mucho, pero muchísimo más.