Los partidarios de Alassane Ouattara, uno de los presidentes proclamados en Costa de Marfil, llamaron ayer a la desobediencia frente al Gobierno de su rival, Laurent Gbagbo, que ignora las sanciones y amenazas de la comunidad internacional, que exige su marcha.

En un llamamiento a los marfileños, Guillaume Soro, primer ministro de Ouattara, les exhortó «desde este mismo instante a desobedecer al Gobierno fáctico de Laurent Gbagbo hasta que se marche». Les pidió que «se organicen, se movilicen y se manifiesten por todos los medios» hasta que Gbagbo se vaya.

Según Soro, Costa de Marfil vive «la peor escalada en la barbarie de un clan, de un régimen acabado, contra la población civil indefensa y desarmada».

Desde comienzos de diciembre, «hemos contabilizado más de 200 muertos y mil personas heridas por balas», afirmó Soro. «Aún más grave, las mujeres han sido golpeadas, desnudadas, violentadas y violadas. Los ingredientes para un genocidio están presentes», acusó.

Paralelamente a este llamamiento de Soro, que también es el líder de las exrebeldes Fuerzas Nuevas (FN), la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao), anunció que se celebrará una cumbre extraordinaria para analizar la situación de Costa de Marfil, el viernes en Abuja (Nigeria).

Durante una anterior cumbre, a comienzos de diciembre, la Cedeao expulsó de su seno a Costa de Marfil y reclamó la marcha de Gbagbo.

El presidente saliente está cada vez más aislado de la comunidad internacional, que ha reconocido la victoria de Ouattara en las elecciones presidenciales del 28 de noviembre.