Joseba VIVANCO

Cárceles, centros siquiátricos, residencias de ancianos y txokos, ésos son los lugares contados con los dedos de una mano en los que se podrá fumar en el Estado español a partir del 2 de enero próximo; ahí, y en la vía pública o el campo, eso sí, siempre y cuando no se trate de una zona destinada al juego de los niños. Sólo habrá un territorio geográfico permisivo a los humos, el correspondiente a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, al menos hasta que se apruebe la Ley antitabaco propia del Parlamento de Gasteiz, que podría ser hacia febrero; hasta entonces, se vigilará el cumplimiento de la normativa estatal, pero no se podrá sancionar al infractor.

El aviso parece claro. «Esta Ley no va a ser como la de 2005, porque ésta sí se va a cumplir», aseveraba hace poco la directora de Drogodependencias de Lakua, Celina Pereda. Se refería a la inminente legislación propia de la CAV, más restrictiva si cabe que la estatal aprobada definitivamente ayer por el Congreso español y que entra en vigor, por suerte para los fumadores, después de Nochevieja y Año Nuevo. En Nafarroa su aplicación será efectiva a partir del 2 de enero, mientras que el Gobierno de Lakua, según adelantó ayer la consejera Gemma Zabaleta, no tendrá capacidad sancionadora hasta que el Parlamento apruebe la normativa que regulará el consumo de tabaco.

Dicho proyecto se encuentra en trámite en la Cámara de Gasteiz y, según los plazos que se barajan, podría ser aprobado el próximo mes de febrero. Zabaleta aclaró ayer que la ley estatal será de aplicación desde el 2 de enero y durante ese mes se evaluará el grado de cumplimiento de la misma. «No podemos tener competencia sancionadora pero sí evaluadora, pedagógica y educativa», precisó. Lakua pondrá en marcha en enero «todo el dispositivo» de recepción de denuncias y reclamaciones porque no se va a dejar de velar «en ningún momento» por el cumplimiento de la ley estatal.

La Mesa del Parlamento y la Junta de Portavoces autorizaron ayer que se habilite el mes de enero para que pueda reunirse la ponencia sobre la Ley Antitabaco, con el fin de que el texto definitivo salga adelante en febrero.

¿Dónde no se puede y dónde sí?

Y mientras alaveses, guipuzcoanos y vizcainos tendrán un periodo extra para acostumbrarse, los navarros deberán hacerlo desde ya. ¿Y eso qué supone? Lo más relevante, que desde enero no se podrá fumar en bares, restaurantes y otros establecimientos de restauración cerrados. Sólo se podrá fumar al aire libre, en las terrazas. No obstante, habrá que tener en cuenta qué entiende la ley por espacio al aire libre. En el ámbito de la hostelería se entiende por tal a todo aquel «espacio no cubierto o todo espacio que estando cubierto esté rodeado lateramente por un máximo de dos paredes, muros o paramentos».

A partir de ahí, estará también prohibido fumar en hoteles, hostales y establecimientos análogos, excepto al aire libre. Como tampoco se podrá echar un cigarro en bingos, casinos y salas de juego. Frontones y estadios, si son cerrados, también se incluyen en la guerra al pitillo. Hasta desaparecen las zonas para fumadores en los aeropuertos.

En síntesis, que estará prohibido fumar en todos los espacios públicos cerrados, máximo rigor en espacios sanitarios y educativos -excepción hecha de los recintos abiertos en campus universitarios- y negativa tajante en cualquier zona infantil, abierta o cerrada. Eso sí, la ley estatal no contempla la controvertida ampliación a los coches donde viajen menores, que sí establece Lakua.

¿Y qué pasa con los txokos? Pues que, tras tanto debate y malestar por parte de la hostelería, finalmente, quedan exentos de la prohibición y serán sus socios los que decidan. Como también quedan al margen de la ley los clubes de fumadores, los cuales no podrán vender tabaco y ser lugares sin ánimo de lucro, evitando así que haya hosteleros tentados de sortear la ley.

Con este restrictivo paquete de medidas el Estado español quiere «adaptarse» al resto de Europa y su aplicación supone un obstáculo más al hábito del tábaco, tras las últimas subidas de precios de la cajetilla. El ámbito geográfico vasco es, por cierto, uno de los que menos ha visto aumentados los niveles de ingresos por la venta de la tabaco durante el último año.

Un magnífico regalo de final de año para los no fumadores, una alegría para los neumólogos, una pésima noticia para quien no quiere dejar de fumar y evidente malestar en el gremio de hostelería. Ayer, la Federación de Hostelería del País Vasco preguntó al Gobierno Zapatero cómo se compensará a las pymes y microempresas por «los graves perjuicios» que se prevé que tendrán como consecuencia de la Ley antitabaco. Y señala directamente una de las incongruencias de la guerra al tabaco: se restringe su consumo, pero se aumentan los lugares de venta. «No sólo mantiene intactos los puntos de venta de tabaco existentes en hostelería, sino que, además, se extienden a unas 15.000 tiendas de conveniencia», denuncia.