Porque no es fácil la crítica de arte me animo a sugerir a los interesados en ejercer semejante oficio cinco normas básicas, especialmente, en las áreas del cine y del teatro, cuyo éxito garantizo.

La primera norma que debe seguir un aspirante a crítico de arte es no asistir, bajo ningún concepto, al espectáculo que vaya a criticar. Hacerlo podría restar objetividad a su criterio. Además, realizar una crítica de un espectáculo que se ha visto no tiene ningún valor. Lo meritorio es criticar un espectáculo sin haber asistido.

La segunda norma consiste en no tener ningún conocimiento sobre el tema del que se va a opinar. La supuesta preparación sólo sirve para restar espontaneidad al criterio expuesto apelando a conceptos que, probablemente, mañana ya no estén vigentes, por lo que ninguna importancia tiene conocerlos.

La tercera norma, de obligado cumplimiento, recomienda que si el crítico, desgraciadamente, no se lleva de la primera pauta y termina asistiendo al espectáculo,  duerma durante toda la función. La soñolencia nos ayuda a relajarnos para que puedan nuestros sentidos captar la esencia del espectáculo y no quedarse en las simples formas y expresiones al alcance de cualquiera.

La cuarta norma consiste en llegar tarde y en abandonar la sala antes de que termine el espectáculo, ya que las primeras escenas sólo son un preámbulo de lo que va a ocurrir y las últimas resultan predecibles desde el comienzo.

La quinta y última norma es que nunca olvide que el espectáculo, el único espectáculo, es usted, el crítico, y todo lo demás carece de importancia.