Durante una visita ayer al sur del país, el presidente sudanés, Omar al-Bashir, reiteró que respetará el resultado del referendo de independencia que comienza el domingo, incluso si supone la secesión, y que está dispuesto a apoyar a Sudán del Sur como nuevo país.

«Celebraré la decisión, incluso si eligen la secesión», dijo en un discurso pronunciado en Juba, capital sudista. «Personalmente estaré triste si Sudán se separa, pero al mismo tiempo estaré feliz porque tendremos paz en Sudán», indicó. Días antes había señalado que ayudaría a Sudán del Sur a «construir» un país «hermano, seguro y estable».

Al-Bashir, vestido con una túnica azul tradicional del Sur sobre su traje, en señal de respeto, fue recibido por el presidente de la todavía región autónoma, Salva Kiir, contra quien luchó durante dos décadas.

Unas 500 personas se congregaron cerca del aeropuerto gritando en contra de la unidad y ondeando banderas sudistas.

Al-Bashir tenía previsto discutir varios asuntos con funcionarios del Sur, entre ellos el estatus final de la región fronteriza de Abyei, que, como todo el sur del país, es rica en petróleo.