El Congreso de Estados Unidos inició ayer su 112 sesión legislativa con los republicanos al timón de la Cámara de Representantes, un cambio de guardia con el que llegan decididos a enfrentarse abiertamente con el presidente, Barack Obama, y anular o debilitar algunos de los logros obtenidos por la bancada gobernante.

La jornada comenzó con el juramento de los legisladores y del nuevo presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y de inmediato los legisladores debían votar una serie de reglamentos legislativos, informó Efe.

Los republicanos ya han programado un voto para revocar la reforma del sistema de salud la próxima semana, pero los demócratas han prometido resistir cualquier esfuerzo por anular las leyes aprobadas el año pasado.

Otra prioridad de la nueva mayoría republicana, fiel a la promesa de austeridad fiscal hecha a los votantes en los comicios de noviembre pasado, será eliminar un total de 100.000 millones de dólares de los gastos para programas internos este año.

Los líderes republicanos no han precisado qué programas sufrirán recortes, pero sí han dejado en claro que se salvarán los gastos relacionados con la defensa, la seguridad nacional y los servicios a veteranos.

Cualquier medida que aprueben los republicanos en la Cámara de Representantes podría encontrar un muro de resistencia en el Senado, donde los demócratas aún tienen una ventaja numérica y pueden bloquear esos proyectos.

Además, el inquilino de la Casa Blanca podría recurrir a su poder del veto de medidas que contengan los recortes.

Los republicanos también aprovecharán su nueva mayoría en la Cámara de Representantes para ordenar investigaciones de todo tipo.

«Tenaz oposición»

La presidenta saliente de la cámara, Nancy Pelosi, prometió antes de dejar el cargo que liderará una «tenaz» oposición a los republicanos, aunque se comprometió a trabajar con ellos en algunas cuestiones.

«Trabajaremos con ellos cuando se trate de lograr los objetivos para la creación de empleos y la reducción del déficit. Sin embargo, encontrarán en nosotros una leal pero centrada y tenaz oposición cuando se hagan cosas que consideremos que socavan nuestra economía y agravan el déficit», advirtió.

Pelosi, en el cargo desde 2007, lanzó una férrea defensa de los beneficios de la reforma de salud, aprobada el año pasado y subrayó que el plan de revocarla constituye un acto de «violencia muy grave a la deuda nacional y el déficit».