Alvaro Reizabal Abogado
Enero ocho, la cita es en el Botxo
Uno.- ¿Por qué me llama poseso? No somos endemoniados y también tienen derechos nuestros presos. Otro.- No se si está usted sordo o simplemente espeso; no le estoy llamando poseso, le digo que yo también voy por eso, por los presosUno.- ¡Felices fiestas y prospero año nuevo! Otro.- No me hable usted de prosperidades, que acabo de enterarme de que suben el gas, el tren, los transportes y la luz, aunque ésta sólo un 10% y el petróleo bate récords. Y luego vendrá todo lo demás, porque si suben los productos energéticos se encarece todo: el pan, las carnes las hortalizas y, si me apura usted, hasta los huevos. Uno.- No siga por ahí, que ya me los ha puesto de corbata. Y, para colmo, los sueldos y las pensiones, congelados. Otro.- ¿Cómo no van a estar congelados, si no vamos a poder ni encender la calefacción, ni siquiera una puñetera estufa?
Uno.- Claro que la gente habla mucho y luego los restaurantes están llenos y todo el mundo a los centros comerciales a empufarse dejándose lo que no tienen y, de paso, a arruinar al pequeño comercio. Estoy seguro de que usted, por ejemplo, se irá de cotillón, que mucho largar y se les va la fuerza por la boca. Otro.- Como mucho saldré de botellón, y no diga sinsorgadas, que no toca, que soy de la borroka. Uno.- Vale, pero seguro que el otro día fue a San Mamés. Otro.- Sí, pero porque jugaba nuestra selección contra la Vinotinto y, además, fui al palco, esta vez invitado por Chávez. Uno.- Será usted bolivariano. Otro.- Agárremela con la mano. Uno.- Pues mire, no, que yo soy más de los de agarrársela con papel de fumar. Otro.- Pues casi me alegro, por higiene y porque seguro que lleva usted librillo y puede pasarme dos o tres, que tengo que liarme unos cilindrines. Uno.- No, si era un decir. Sepa usted que yo no fumo, y usted, a partir de ahora, va a fumar lo que yo le diga, que no va a poder echar humo en ningún sitio cerrado y va a tener que estar en la puta calle, como soldado de guardia pero sin garita, y encima con el frío que hace.
Otro.- Pues voy a decirle que lo que voy a fumarme yo, de verdad de la buena, es el curro del viernes. Hay que vivir, que son dos días, y me voy de puente con la cuadrilla. Uno.- Con esa mente de caimán se irá para Barranquilla. Otro.- Pues no, sabelotodo, me voy a Bilbo a cruzar el puente colgante en la barquilla. Uno.- Pues yo pienso ir de Santurtzi a Bilbao andando por toda la orilla, que no están las cosas para dispendios. Otro.- ¡Rediós! Qué cosas dice este señor. Uno.- Entiéndame, es que soy pensionista. Por cierto, que si va a Bilbao igual nos vemos. Otro.- No le echaré yo de menos. Además yo voy a Bilbo, no a «Bilbado». Uno.- Eso es igual, que están al lado. Yo iré para asistir a la manifestación, que tengo un hijo preso. ¿Y usted? Otro.- Por eso, por eso. Uno.- ¿Por qué me llama poseso? No somos endemoniados y también tienen derechos nuestros presos. Otro.- No se si está usted sordo o simplemente espeso; no le estoy llamando poseso, le digo que yo también voy por eso, por los presos. Uno.- Siendo así eso, si quieres, podríamos quedar en Bilbao a echar algún que otro caldero. Otro.- Sí, quiero. El ocho de enero, en Bilbo te espero.