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Asia busca a su emperador en el primer ensayo de Qatar para el Mundial de 2022

Elegido como sede para el Mundial en medio de fuertes críticas y con una de sus aerolíneas como futuro patrocinador del Barcelona, Qatar ha pasado a estar en el centro del universo del balón. Desde ayer hasta el 29 alberga la Copa de Asia y cuenta con Japón, Corea del Sur, Irán y Australia como favoritas para suceder a Irak en el palmarés.

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Beñat ZARRABEITIA

El pequeño país del Golfo Pérsico, que apenas cuenta con 1.400.000 habitantes y una superficie de 11.500 kilómetros cuadrados, intentará acallar las dudas desde el primer momento gracias a una exitosa organización de la Copa de Asia de fútbol.

Con unas temperaturas cercanas a los 25 grados, lejos de los más de 40 que se alcanzan en junio y julio -meses en los que se debería de disputar el Mundial de 2022- ninguno de los estadios previstos para la cita de dentro de 11 años está construido. Las dos únicas sedes serán Doha, con campos de fútbol distintos, y Al Rayyan. A pesar de dichas limitaciones, Qatar fue nominada por delante de Irán e India. En la cita de 2015, el organizador será Australia.

En el capítulo meramente deportivo, durante su primera fase la competición contará con 16 escuadras divididas en cuatro grupos. Irak será la encargada de defender el título que consiguió en 2007, una auténtica hazaña teniendo en cuenta las dificultades con las que contaron los leones de Mesopotamia para preparar la Copa de Asia. La triste realidad de aquel país no fue óbice para ganar el título y tampoco para un más que meritorio cuarto puesto en los Juegos de Atenas'2004. Sin embargo, en esta ocasión las selecciones de Corea del Sur, Japón, Irán y Australia parecen las principales favoritas.

En el primer grupo medirán sus fuerzas Qatar, Kuwait, China y Uzbekistán. El principal activo de la anfitriona es su ilusión y la presencia del galo Bruno Metsu en el banquillo. Entrenador de amplia experiencia y que tras guiar a Senegal a los cuartos de final del Mundial de 2002 ha sido atraído por los petrodólares llegados desde el emirato. Todos sus jugadores militan en la liga doméstica, salvo el centrocampista Hussein Yasser que lo hace en el Al Zamalek egipcio. El principal objetivo de los annabi -los castaños- es alcanzar la segunda ronda. Meta a la que también aspiran el gigante chino, que cuenta con el jugador del Schalke Hao Junmins, y Uzbekistán. Una selección que jugó el penúltimo play-off mundialista contra Bahrein y cuyos futbolistas con mayor experiencia son el ex del Dinamo de Kiev Maksim Shatskikh y Bikmaev del Alania ruso.

El bombo deparó un segundo grupo con Arabia Saudí, Japón, Jordania y Siria. Los saudíes lograron ser subcampeones en 2007 y sueñan con repetir éxito. No lo tendrán fácil los hombres de José Peseiro ex técnico de Sporting de Lisboa o PAO. Con mayores opciones arranca Japón. Tienen al italiano Alberto Zaccheroni en el banquillo, hombre de dilatada trayectoria y elegido tras tentar entre otros a Ernesto Valverde, los nipones buscan recuperar un título que no logran desde la cita de 2004 en China. Once samuráis azules juegan en Europa, entre los que destacan Kagawa del Dortmund, Uchida del Schalke, Hasebe del Wolfsburgo, Honda del CSKA de Moscú y Osazaki del Stuttgart. También hay destacadas ausencias como la de Nakamura. El principal hándicap del equipo japonés volverá a ser la falta de imaginación y la excesiva sumisión de los futbolistas a las órdenes del entrenador.

Talento coreano y esperanzas aussies

Corea del Sur jugará en el tercer grupo contra Australia, India y Bahrein. Dos de las máximas favoritas medirán sus fuerzas ante dos de los países más emergentes de la región en lo futbolístico. Entre los coreanos la estrella indiscutible es Park Ji Sung, dinámico jugador del United. En la plantilla dirigida por Cho Kwang Rae también cabe destacar los nombres de la dupla del Celtic Ki Sung Yeung y Cha Du Ri, el medio del Bolton Lee Chung-Yong o el jovencísimo delantero del Hamburgo Son Heung-Min. El último ha sido comparado con el alemán Thomas Müller y en siete partidos con el primer equipo hanseático y ha anotado tres tantos.

Australia aspira a vencer por primera vez. Con el alemán Holger Osieck -ayudante de Beckenbauer en la selección alemana campeona del mundo en 1990, antiguo míster del Fenerbahçe y técnico que guió por sorpresa a Canadá al título de la Copa de Oro en 2000- los socceroos buscan mantener la línea y rejuvenecer su escuadra. 16 jugadores juegan en Europa y las estrellas siguen siendo el samoano Tim Cahill y Harry Kewell. Otros habituales como Schwarzer, Wilkshire, Emerton, Neill, Culina o McDonald también continúan. No obstante, habrá que seguir de cerca a Holman del AZ, Burns del AEK o al adolescente Oar del Utrecht.

Por su parte, India intentó luchar sin éxito por organizar la Copa de Asia de 2011 y el Mundial de 2022, confía en el buen hacer el veterano Bob Houghton para el crecimiento del fútbol en aquel país. El inglés fue el técnico que llegó al Malmoe sueco a la final de la Copa de Europa en 1979 y que lleva ya tres lustros trabajando en el continente asiático. El mejor jugador de la India es Sunil Chhetri, del Kansas de la liga norteamericana. En cuanto a Bahrein, señalar que los rojos se quedaron fuera del último Mundial tras perder la última eliminatoria ante Nueva Zelanda. Su jugador más importante es Abdullah Omar, del Neuchatel suizo.

El cuarto grupo es el de la muerte y sus encuentros estarán repletos de morbo. La vigente campeona Irak tendrá a Irán, la mundialista Corea del Norte y Emiratos Árabes como rivales. Los leones de Mesopotamia están dirigidos por el ex preparador del Werder Bremen Wolfgang Sicka y cuentan con once futbolistas que actúan fuera del país. Un elemento que aumenta la competitividad y las posibilidades de la selección iraquí. Su principal adversario será Irán, en un duelo de importantes connotaciones históricas. Los príncipes de Persia cuentan con la pareja rojilla formada por Masoud y Nekounam, además de a otros habituales como Teymourian -el único jugador del equipo que profesa el cristianismo- o Rezaei como principales activos.

Destacado será también el enfrentamiento entre Irán y Corea del Norte, dos países situados por George.W. Bush en «el eje del mal». Los norcoreanos jugaron el último Mundial y entre sus jugadores más reconocibles está «el Rooney del pueblo» Jong Tae Se. El delantero del Bochum alemán, nacido en Japón, hijo de norcoreana y de fuertes convicciones ideológicas, saltó a la fama global por sus lágrimas mientras sonaba el himno norcoreano en un partido de la última cita en Sudáfrica. Su objetivo es pasar a cuartos. Más complicado lo tiene Emiratos Árabes Unidos, aunque espera que el esloveno Srecko Katanec -que sonó para la Real a principios de la década- haga notar su libreta y obtener un billete para la segunda ronda.

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