La unidad de cristianos y musulmanes marca la enlutada Navidad copta en Egipto
GARA |
Los cristianos de Egipto celebraron ayer su Navidad en familia y arropados por sus compatriotas musulmanes, que con su presencia en los oficios religiosos quisieron demostrar que el pueblo egipcio permanece unido ante la violencia.
Tras el atentado que en Nochevieja costó la vida a 23 personas e hirió a 90 en una iglesia de Alejandría, la mayoría de los egipcios intentaron acallar las voces que hablan de enfrentamiento entre cristianos y musulmanes en el país árabe más poblado.
Los coptos, que representan entre el 6% y el 10% de la población de Egipto, visitaron a familiares y amigos, y se reunieron para degustar manjares en una festividad más litúrgica y espiritual que en Occidente.
Sin embargo, el atentado de Alejandría sí marcó el día de Navidad, ya que otros años los fieles acudían a las actividades infantiles organizadas en las iglesias, y en esta ocasión han optado por el recogimiento familiar.
«Las actividades en las iglesias se cancelaron no porque estemos asustados, sino porque estamos tristes», aseguró a Efe el joven copto Marc Joseph. A su juicio, los cristianos consideran que «no es adecuado celebrar la Navidad como otros años» y creen que es momento de rezar y expresar su pesar y apoyo a las familias de las víctimas.
«Celebramos la Navidad, pero estamos tristes», dijo a AFP Ramez Magdi, un ingeniero cairota.
Aunque el temor a nuevos atentados disuadió a algunos cristianos de ir a los templos, sobre todo en zonas del Alto Egipto, en el sur, donde son frecuentes los episodios de violencia sectaria, en la mayoría de las iglesias el número de asistentes fue muy elevado y destacó la alta presencia de musulmanes, a los que los cristianos agradecieron su gesto de solidaridad.
En Alejandría fueron desplegados decenas de policías alrededor de la iglesia de los Santos, lugar de la masacre, pero eso no fue suficiente para apaciguar los ánimos de algunos que, como Jamil, de 40 años, señalaron a AFP estar todavía «enojado y bajo un shock». «En lugar de protegernos, el régimen nos reprime», agregó refiriéndose a los asesinatos de otros coptos en los últimos años. «Nos preguntamos quién será el próximo», espetó.
Con motivo de la Navidad ortodoxa fueron movilizados unos 70.000 policías y soldados para proteger las iglesias. Además del riesgo de nuevos atentados, las autoridades pretenden evitar que se repitan las protestas coptas, que en los últimos días acabaron en enfrentamientos con la Policía.