Un atentado talibán en un baño público deja 17 muertos en Kandahar
Un ataque perpetrado ayer por los talibanes en un baño público dejó al menos 17 muertos y 21 heridos en la conflictiva provincia de Kandahar, escenario de numerosos enfrentamientos entre insurgentes y fuerzas de la OTAN. Las autoridades oficiales confirmaron la muerte de un alto mando policial y señalaron que el resto eran civiles. Los talibanes reivindicaron el ataque y aseguraron que la cifra de muertos ascendía a 18, pero que todos ellos eran policías.
GARA
Un insurgente talibán se inmoló ayer con una bomba en un baño público en el conflictivo sur de Afganistán y mató al menos a 17 personas, entre ellas un alto mando policial que era el objetivo del atentado, según informaron las autoridades locales.
El ataque ocurrió en torno a las 12.00, hora local, en unos hammam (baños públicos) de la localidad de Spin Boldak, situada cerca de la frontera con Pakistán y cabecera de un distrito homónimo de la provincia afgana de Kandahar.
De acuerdo a la versión ofrecida por el Gobierno regional y citada por la agencia Efe, el objetivo del ataque era el comandante de la Policía fronteriza Haji Ramzan Akram, único agente fallecido en el suceso, que se cobró la vida de otras 16 personas, todas ellas civiles, al igual que los 23 heridos.
Una fuente de este cuerpo de seguridad sostuvo que entre los heridos hay también dos policías, aunque este extremo no pudo ser confirmado.
«No hay un objetivo aparente. Sólo la gente común», subrayó esta fuente, que precisó que el kamikaze se desplazaba a pie.
La versión oficial, no obstante, chocó con la que dieron los talibanes cuando reivindicaron el ataque. Según aseguraron, fueron 18 las personas muertas y todas ellas eran miembros de las fuerzas de seguridad.
El comandante fallecido «venía a estos baños cada semana o cada dos semanas y hacía desalojar a todo el mundo. Sólo sus hombres los utilizaban al mismo tiempo que él», afirmó desde Kandahar Yousuf Ahmadi, portavoz de los talibanes, quien subrayó que «no había civiles en el interior».
Los atentados perpetrados por kamikazes son frecuentes en Afganistán, pero más bien raros en los lugares públicos frecuentados por civiles. De hecho, normalmente tienen como objetivo al Gobierno y a las fuerzas afganas e internacionales.
Los sucesos violentos son muy frecuentes en el cinturón suroriental del país, donde predomina la etnia pastún.
Ante esta situación, las fuerzas de la coalición internacional, con Estados Unidos a la cabeza, lanzaron en 2010 dos grandes operaciones contra bastiones talibanes en las provincias sureñas de Helmand y Kandahar, en un intento de dar un impulso una guerra que se les ha enquistado sobremanera.
Sin embargo, lejos de arredrarse, los talibanes han recrudecido su actividad en la zona, donde los civiles se llevan -como en la mayor parte de los conflictos- la peor parte.
A la espera de que la ONU publique el balance oficial, «la mayoría de los ataques de los insurgentes y de los bombardeos de la OTAN están golpeando, en realidad, a los civiles. Nadie respeta las reglas de combate», criticó el portavoz de la Organización Afgana de Derechos Humanos (ARHO).
Tres soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) murieron ayer en dos atentados ocurridos en el este y el sur de Afganistán. El año pasado fue el más mortífero para las tropas extranjeras desde la invasión, con 711 muertos.
Estados Unidos enviará a 1.400 marines de «refuerzo» al sur de Afganistán, donde los últimos meses se ha dado una escalada de la violencia, según anunció el jueves un portavoz del Pentágono, confirmando así lo anunciado previamente por la prensa.
El secretario de Defensa, Robert Gates, «aprobó un refuerzo de marines al sur de Afganistán para aprovechar y consolidar los avances ya logrados y presionar al enemigo durante la campaña invernal», dijo el portavoz del Pentágono, el coronel David Lapan.
Los talibanes consideraron ayer que el envío de nuevos soldados no permitirá el progreso de las tropas extranjeras en el cenagal afgano.
«Estados Unidos y la OTAN han incrementado sus tropas en diferentes ocasiones en el pasado, pero han comprobado que no han podido hacer ningún progreso militar en los últimos nueve años», advirtió el portavoz talibán Yousuf Ahmadi citado por la agencia afgana AIP, quien explicó que «la solución al problema está en la retirada de todas las fuerzas extranjeras de Afganistán».
El portavoz talibán criticó también la decisión -anunciada ayer por el primer ministro holandés, Mark Rutte- de Países Bajos de enviar a 350 militares adicionales para entrenar a la Policía afgana y al Ejército local. GARA