Darwin Piedra Mejía, padre del joven desaparecido, acudió ayer por la tarde a dependencias de la Policía Nacional española en Iruñea para saber si había alguna novedad sobre el paradero de su hijo, pero de momento no existe ninguna pista.

En estas dos últimas semanas los familiares de Darwin Fernando Piedra han recibido varias llamadas de personas que creían haberlo visto, pero han resultado infructuosas.

«No tenemos ninguna información concreta, no tenemos absolutamente nada, y la Policía tampoco tiene ninguna pista. Nosotros no tenemos ninguna hipótesis, pero nos parece muy extraño todo lo que está pasando. Estamos convencidos de que Fernando no se ha ido por su voluntad y, si estuviera por ahí con sus amigos, ya hubiera dado señales», comentaba ayer Fredy Olalla, una persona allegada a la familia.

Pese a que ya han transcurrido dos semanas desde la desaparición de este joven, sus familiares y amigos siguen teniendo esperanza en que finalmente aparecerá. «Hay mucha gente ayudándonos y apoyándonos, y seguimos teniendo confianza en que aparezca», señalaba esta misma persona.

El pasado día 6, un centenar de personas se concentraron en el barrio Sanduzelai, lugar de residencia del joven, con carteles en los que se leía «No nos cansaremos de buscarte», «Lucharemos hasta encontrarte», «Ayúdenos a encontrarlo» o «Fernando vuelve a casa pronto».

El portavoz de la familia, Loresmilo Arrobo, miembro de la Federación de Asociaciones de Ecuatorianos en Nafarroa, pidió «una mayor preocupación y coordinación» a las autoridades navarras y de Ecuador en la búsqueda del joven desaparecido, así como apoyo sicológico para los familiares.

Una llamada perdida

El último contacto con Fernando Piedra tuvo lugar sobre las 4.30 de la madrugada del 26 de diciembre. Él mismo realizó una llamada perdida a un amiga, quien a su vez le telefoneó. El joven le dijo que se encontraba «mareado» y «perdido», y que no sabía dónde estaba.

Fernando Piedra estudia segundo curso de Automoción en el IES Virgen del Camino, en Iruñea, ciudad donde reside desde hace diez años. Tiene tres hermanos.