Encarando la cuesta de enero
La escuadra rojilla tuvo que fajarse con un incómodo rival que generó hasta cuatro clarísimas ocasiones de gol sólo desbaratadas por un Ricardo que se encuentra bendecido. Los de Camacho tienen ahora que enfrentarse a dos salidas seguidas y la visita merengue.
Natxo MATXIN
Concluida la decimoctava jornada, Osasuna aumentó en un punto su distancia respecto al descenso -ahora a cinco-, pero el empate cosechado ante el Getafe -suculento, por otro lado, si nos atenemos a los merecimientos de uno y otro- no hace sino complicarse una cuesta de enero que, a priori, es de lo más empinada. Dos salidas consecutivas y la visita del Real Madrid completan un competitivo mes que puede complicarle la situación clasificatoria, a no ser que algunos de sus rivales sigan empeñados en descender a Segunda por la vía rápida.
Sólo hay que remitirse a los números, de no ser que éstos viren en redondo, para aventurar un negro panorama a tres semanas vista. La ineficacia foránea y la sequía goleadora no hacen presagiar que se vaya a sumar en Villarreal y Almería -los andaluces no han ganado en casa, pero ya se sabe que Osasuna es un equipo que resucita a sus oponentes-, ni la escuadra merengue parece el mejor antídoto para solucionar los agobios que se producirían, caso de que se encadenaran dos derrotas consecutivas, en el peor de los casos. Entre otras cosas, porque los conjuntos metidos en la zona más baja no siempre van a perder y la diferencia se verá entonces recortada.
Lo peligroso es que de esa futurible situación sólo parece darse cuenta la grada, que volvió a cargar contra Izco y Camacho en algunos intervalos de un choque en el que los aficionados no salieron muy satisfechos del rendimiento de sus ídolos. De hecho, a excepción de los arreones de los respectivos inicios de sendas partes, el resto del envite estuvo dominado por un Getafe que, paradójicamente, ha cosechado mejores resultados en anteriores visitas a El Sadar jugando bastante menos fútbol que lo que lo hizo ayer.
Claras ocasiones del rival
Porque si, como en el boxeo, el resultado se hubiera tenido que determinar a los puntos, los de Michel habrían ganado por goleada. Sólo la brillante actuación de Ricardo -firmó cuatro paradas, dos en cada tiempo, de gran mérito- evitó que los locales sucumbieran ante un rival que les superó en el manejo del esférico y en la profundidad por ambas bandas.
Los de Camacho hicieron aguas en ambos aspectos. Con la escasa participación de Juanfran -apareció a ráfagas y más pendiente de vestir de rojiblanco- y Camuñas -no dio la impresión de estar recuperado físicamente e incluso se resintió-, el centro del campo rojillo estaba diseñado más para destruir que para edificar. En ese papel, sólo Vadocz intentó darle sentido a lo que hacía, pero sin continuidad y acabando por diluirse con los cambios al ser retrasado a la posición de pivote.
En un encuentro de alternancias en cuanto a oportunidades, lo más curioso es que Osasuna incluso pudo sacar mayor rédito a sus escasos méritos, si Leka y Pandiani -los dos recambios de Camacho en la segunda parte que restaron más que sumar- hubieran estado más acertados en sendos cabezazos protagonizados en el último tramo del complicado envite.
El clímax final con la ocasión marrada por El Rifle se combinó con las quejas del graderío y la «despedida» de Juanfran desde el medio campo, en lo que será un inminente traspaso al Atlético de Madrid.
El técnico rojillo, José Antonio Camacho, debió ver otro partido diferente al del resto de la grada. Para el preparador murciano, el Getafe «sólo nos ha creado dos ocasiones que ha sacado Ricardo, que yo me acuerde», respondió respecto a las declaraciones previas de su homólogo en el conjunto madrileño, Michel González, en las que el ex jugador merengue reconocía haberse quedado bastante insatisfecho por sumar un único punto.
«Hemos empezado muy bien y podíamos haber sido nosotros quienes hubiéramos metido el primero -se defendió el de Cieza-, pero después han llegado diez minutos de incertidumbre. Sus primeras ocasiones han llegado de líos nuestros y creo que el equipo ha estado bien en defensa».
En el mismo tono justificador, Camacho indicó que «no he visto que en los últimos veinte minutos fuera tan claro su dominio. Lo que ocurre es que cuesta mucho robarles el balón porque no tienen prisa a la hora de tocar y sí mucha calidad» y volvió a recurrir a la falta de suerte y puntería el que finalizara otro encuentro sin que los suyos anotaran un gol. «No estamos con acierto ni con la chispa del gol, nos falta ese pelín de suerte, como en la última jugada, donde hemos tenido una clara opción de marcar».
La coyuntura -menos el Sporting, todos los de abajo pincharon- encima fue favorable para abrir más brecha con el descenso -ahora cinco puntos-, aunque el entrenador osasunista comentó que «deberíamos tener algún punto más, pero el objetivo es llegar a la meta en su momento».
Más ajustado a la realidad, el discurso de Michel elogió el trabajo de sus pupilos, ya que «hemos controlado muy bien su juego ofensivo y además salimos con criterio a la contra. Las ocasiones, en su mayoría han sido nuestras, lo demuestra que el mejor del partido haya sido Ricardo, con algunos paradones espectaculares». N.M.
Los equipos inferiores rojillos cosecharon un pleno de victorias en las respectivas jornadas disputadas este pasado fin de semana. Así, el juvenil de División de Honor, el Cadete A y el B firmaron tres triunfos, dos de ellos a domicilio, ante el mismo rival, el San Juan. Mientras, el conjunto de Liga Nacional ganó al Aluvión por una solitaria diana y los dos conjuntos infantiles golearon al Pamplona y Gares.
Numerosos aficionados se quejaron por el cierre de la zona colindante a vestuarios, sin que el club hubiera avisado de manera previa tal circunstancia. Así, algunos de ellos expresaron in situ su protesta al serles impedido el habitual paso para acceder a las gradas y verse obligados a dar toda la vuelta al estadio. Posteriormente, el club pidió perdón en varias ocasiones en los paneles electrónicos del campo por las molestias generadas.