Raimundo Fitero
Cuatro horas diarias
Con ordenadores instalados en algunas casas particulares sociológicamente elegidas, estadísticas y otros instrumentos secretos, nos sacan la media de permanencia de cada ciudadano frente al electrodoméstico esencial. Estamos sobre las cuatro horas por individuo y día. No cuenten. No saquen conclusiones. Lo dicen los supuestos expertos, que a la vez van disfrazados de científicos. Lo aceptamos y seguimos con nuestros hábitos televisivos. Lo que en esta ocasión me ha provocado hilaridad es que para explicar esta cifra se nos diga que la subida respecto a la medición anterior es por causa del «Mundial, el paro y la TDT». Esto es un cúmulo de lugares comunes. Porque sumando todas las horas de fútbol, que son muchas, no llega ni a la mitad de las que se ofrecen de la siempre histérica Belén Esteban.
De esas cuatro horas, los vascos, donde menos tiempo están es en la televisión que pagan. Y a precio de mercado. Por cierto, la implantación de la TDT no puede servir para justificar todo: el crecimiento general de horas estadísticas, y la bajada de audiencias en todas las cadenas. El que tengamos más canales a nuestra disposición no significa mucha variación, es una continuidad y una posi- bilidad de redifusión. Incluso una complementariedad. Esa es la estrategia que parece haber emprendido La Sexta, con La Sexta 2, y veremos qué resultados obtienen.
Cierto es que muchas entidades los usan para repetir los programas sin más sentido que ocupar la señal, como es ETB, que nos proporciona el extraño privilegio de ver la redifusión de «Euskadi en directo». Por cierto a la misma periodista o reportera, le sigue fallando el libro de estilo, y en el día de rebajas en la que una marca en su tienda en Donostia, para salir en la tele y tener publicidad gratis, vestía a quienes llegaban los primeros «desnudos», mostró su falta de tacto. Hay que decidir emitir este publirreportaje, la cadena, lo hizo, correcto, pero lo que ya no parece de recibo es que la reportera, hable del «culito tan bonito» de una de las chicas que buscaba ofertas. ¿Cómo se debe considerar este comentario? Nada bueno. Ni con estos resbalones tóxicos y populacheros suben en las mediciones.