Un gran «tsunami terrestre» arrasa el noreste de Australia
Las lluvias no dan tregua al ya devastado noreste australiano, que ya ha contabilizado al menos diez muertos y 78 desaparecidos. Lo que ayer fue definido como un «tsunami terrestre» amenaza con ir a más, por lo que miles de habitantes de Brisbane, la tercera gran ciudad australiana, han optado por abandonar sus hogares y salir de esta urbe.
Eddie SAFARIK (AFP)
Las nuevas inundaciones en el noreste de Australia han dejado al menos diez muertos y 78 desaparecidos, un balance que, según se prevé, podría agravarse debido a una rápida crecida del nivel de las aguas que obligó a evacuar a miles de habitantes en Brisbane, capital del Estado de Queensland.
Los torrentes de agua que el lunes arrasaron varias localidades al oeste de Brisbane provocaron la muerte de diez personas, entre ellas cuatro niños, de acuerdo al balance ofrecido ayer por la primera ministra australiana, Julia Gillard.
Desde finales de noviembre las inundaciones han dejado ya 20 muertos, pero la jefa del Gobierno australiano advirtió de que el país debía prepararse para un balance mucho mayor.
Verdaderos torrentes de agua recorrieron las calles de Toowoomba, una ciudad de 100.000 habitantes en la cordillera australiana, a 130 kilómetros al oeste de Brisbane, arrastrando numerosos vehículos a su paso y obligando a los ciudadanos a refugiarse en los árboles.
Según el diputado Ian MacFarlane, varios cadáveres fueron localizados en el interior de los vehículos, incluidos los de una mujer y dos niños.
«Por encima del valle»
El jefe de la Policía local, Bob Atkinson, comparó la crecida sin precedentes de las aguas con un «tsunami terrestre, con un verdadero muro de agua que pasó por el valle de Lockyer».
Los habitantes aislados en los tejados de sus casas fueron socorridos mediante helicópteros que se desplazaron a la zona para reforzar la labor de los equipos de rescate ya presentes.
Estas nuevas inundaciones fueron provocadas por lluvias torrenciales -en algunos lugares hasta 30 centímetros de agua en menos de 24 horas- que cayeron en un suelo ya saturado.
Los servicios meteorológicos atribuyeron las precipitaciones al fenómeno climático conocido como La Niña, que ha determinado que este año sea el más húmedo en Queensland desde que existen estadísticas.
En el día de ayer, después de que la Policía emitiera una orden de evacuación, miles de personas huyeron de Brisbane, tercera gran ciudad australiana, con dos millones de habitantes.
A bordo de autobuses, automóviles y trenes, los habitantes de esta poblada urbe abandonaron sus viviendas frente a la amenaza del río Brisbane, que ya se había desbordado. La agencia de noticias Reuters informó de que, para la tarde de ayer, las calles de esta ciudad norteña estaban vacías.
Y lo que queda...
Según el alcalde, Campbell Newman, 6.500 casas y oficinas, algunas de ellas en el centro financiero, podrían verse inunda- das. La Policía dijo que unas 9.000 casas estarían anegadas para mañana y que 30.000 propiedades sufrirán algún daño.
A menos de 150 kilómetros tierra adentro, el coordinador de las operaciones de socorro de la región, Ian Stewart, indicó estar preocupado en particular por los habitantes de la pequeña comuna de Grantham, donde ya murieron tres personas y donde decenas de otras se encontraban aisladas.
Estas inundaciones, que en el peor momento afectaron a una superficie equivalente al Estado francés y Alemania juntas en una de las principales regiones mineras del país, han provocado daños estimados en 6.000 millones de dólares, inundando 70 ciudades, algunas en dos ocasiones en las últimas semanas.
Las autoridades han advertido que la situación en Brisbane podría ser incluso peor que en las devastadoras inundaciones de 1974, cuando el río homónimo se desbordó, anegando miles de hogares y causando la muerte a catorce personas. Aun así, instaron a «permanecer en calma y unidos».